A lo largo de la historia del automóvil, son conocidas muchas de las ocasiones en las que una marca ha tenido que llamar a revisión alguno de sus modelos por fallos en su funcionamiento. Las marcas hacen miles de kilómetros de pruebas, en todo tipo de condiciones, para comprobar que todos los sistemas funcionan como corresponde y que los materiales empleados resisten el paso del tiempo y el uso que les darán sus propietarios.
Pero esto, a veces no es garantía de que el coche esté preparado para llegar al mercado. Gracias a OSV, hoy te traemos las 10 llamadas a revisión más importantes de la historia.
Nuestro top ten lo abre Honda que en 2014 tuvo que llamar a revisión a 5,4 millones de coches por culpa de sus airbags. En realidad, el problema lo generó Takata, el suministrador, y fueron varias las marcas afectadas, pero la japonesa fue una de las que más dispositivos había instalado y en varios modelos por lo que los tuvo que reemplazar.
La última gran llamada a revisión del gigante de Detroit, y no es el único, involucró a 5,8 millones de automóviles hace apenas unos años. El problema se localizaba en el airbag, el cual, en caso de accidente no se inflaba como debería por un fallo del sistema de ignición del dispositivo. Son varias las muertes que se atribuyen a este problema y algunos de los casos llegaron a los tribunales.
Mismo protagonista y misma cantidad de vehículos afectados, aunque tres décadas antes. 5,8 millones de coches tuvieron que pasar por talleres oficiales a principios de la década de los 80 ante un problema que presentaban los vehículos en la suspensión trasera. En esta ocasión, los afectados eran automóviles de tamaño medio que habían estado en producción desde el año 1978. El caso llegó a primera plana de los medios cuando los coches comenzaron a sufrir accidentes.
A principios de los 70, General Motors tuvo que retirar una gran cantidad de unidades de algunos de sus modelos de los años 60 debido a problemas repentinos de aceleración causados por el mal funcionamiento de los engranajes del motor. Según OSV, la resolución fue “costosa” e implicó reforzar este soporte para que el bloque se mantuviera en su sitio.
Un fallo en el mecanismo eléctrico de las ventanillas fue la pesadilla que Toyota tuvo que soportar en 2012, cuando tuvo que pedir a 7,4 millones de clientes que acercaran sus vehículos a la red de talleres de la marca para revisar este elemento defectuoso.
La firma norteamericana tuvo de nuevo problemas en sus modelos, esta vez debido a un problema en el sistema de encendido de alguno de sus vehículos, la consecuencia fue la misma. El conflicto no estaba relacionado con que el conductor tuviera que insistir para arrancar el coche, residía en que algunos terminaban calcinados.
Mundialmente conocido como Diéselgate, esta reparación está relacionada con la manipulación del nivel de emisiones contaminantes de los vehículos diésel del grupo alemán a través de un software que detectaba cuando se estaba haciendo la prueba de emisiones. Dicha centralita de Volkswagen variaba la respuesta del motor alterando así los resultados y, por tanto, los valores con los que se homologaban los coches.
El primer peldaño del podio lo ocupa Toyota, que hace apenas unos años tuvo que arreglar un error en el pedal del acelerador que provocaba que el vehículo acelerara de repente de forma inintencionada. En un primer momento, el fabricante nipón diagnosticó el problema de forma errónea, por lo que tuvo que realizar una segunda llamada después de varios incidentes de los modelos involucrados.
Ford es de nuevo protagonista de la segunda llamada a revisión más numerosa, que tuvo lugar en 1999. Aquí fueron un total de 15 millones de unidades las que tuvieron que pasar por el taller por un fallo en el botón que accionaba el control de crucero, ya que podía llegar a ocasionar incendios.
La llamada a revisión más importante de la historia tuvo como protagonista a varios de los modelos de Ford en 1980, concretamente a las versiones automáticas. El problema residía en que el conductor seleccionaba la marcha “P” de la caja, la que identifica como parada, sin embargo, el coche no quedaba retenido en la plaza de aparcamiento. El asunto se agravó cuando Ford intentó arreglarlo tan solo con una pegatina de aviso que dio a todos los afectados, aunque finalmente decidieron hacer la revisión y reparar todos los coches afectados.
