Las ciudades están en pleno proceso de transformación. Están cambiando de modelo de movilidad y entre sus objetivos está rebajar el tráfico en el centro de sus núcleos urbanos dando más espacios a los peatones en detrimento del destinado a los vehículos. Sin embargo, hay normas que llaman la atención por difíciles de entender. Es el caso de Pontevedra que ha aprobado una normativa por la que limitará la velocidad de algunas de sus calles a 6 km/h, la misma velocidad a la que podría andar una persona sana.
Esta será la velocidad máxima establecida en las calles de preferencia peatonal o de plataforma única (donde no hay separación ni diferenciación de altura entre la calzada y la acera) del centro de su núcleo urbano. Se aprobó en febrero aunque entrará en vigor en 15 días y la sanción variará entre los 200 y los 500 euros.
La nueva normativa la tendrán que cumplir todos los vehículos, tengan o no motor, lo que incluye a bicicletas y patinetes . Esto, en la práctica, hará que muchos se los piensen mucho antes de llegar al centro con el coche, o si viven en el centro, se pensarán dos veces sacar su vehículo.
No será esta la única novedad de la nueva Ordenanza de Movilidad de Pontevedra. El resto del municipio tendrá una velocidad máxima de 30 km/h, tal y como desea imponer la DGT en todas las ciudades españolas, y se rebajará a 20 km/h el límite en las calles que carezcan de aceras o cuando estas tengan una anchura inferior a 1,5 metros.
Por otro lado, también se rebajará la velocidad máxima en los caminos rurales a 10 km/h cuando no haya aceras o sean de una anchura inferior a 1,5 metros, por lo que se entienden que son también caminos frecuentados por peatones que salen a pasear o a caminar para hacer ejercicio.