Todo un icono ha llegado a una cifra de ensueño. El Land Rover Defender número dos millones se encuentra en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, donde se exhibirá antes de ser subastado en la sala “Bonhams”, de Londres, el 16 de diciembre. Con toda probabilidad, en la puja estarán presentes los más importantes coleccionistas de automóviles de todo el mundo.
El todoterreno británico, fabricado en Solihull, Reino Unido, está expuesto en el distrito Al Fahidi, en el centro de la ciudad. Junto a él, se encuentran un Land Rover Serie I para reflejar la evolución del coche a lo largo de varias décadas, y el prototipo del Defender a escala que funciona a pedales, construido artesanalmente y que también podría convertirse en un popular artículo de coleccionista.
El Land Rover Defender, el todoterreno por antonomasia, que salió al mercado en 1948, llegará a su final comercial este año. Para homenajearlo de una forma muy especial, la marca británica ha dibujado su silueta en la playa de Red Whart, en Anglesey, Reino Unido, donde se fraguó la idea de este coche. Fueron los hermanos Wilks quienes pensaron en el desarrollo de un vehículo capaz de transitar por todo tipo de superficies. Concretamente, en 1947, Maurice Wilks, ingeniero jefe de Rover, le propuso esta idea a su hermano Spencer. Ahí está el origen de la firma británica.
Volviendo al dibujo en la arena, se trata del más grande jamás creado en el Reino Unido, con más de un kilómetro de longitud y que, lógicamente, fue después borrado por la marea. Para realizarlo, se utilizaron seis Defender, un Serie I, II y III, un 90, un 90 Hard Top y un 110 Station Wagon. Cada uno llevaba anclado un remolque que actuaba de “lápiz”. Este acto simbólico también sirvió para presentar los tres modelos exclusivos “Celebration Series” del Defender.