Gregorio Serrano, director de la DGT, ha declarado que desde Tráfico planean bajar el límite de velocidad en las carreteras convencionales de 100 a 90 km/h. Es una medida que se incluirá en la reforma de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, aunque podría variar en función de las características y la titularidad de la vía.
Así, Serrano asegura que “este camino va dirigido a una pequeña reducción de la velocidad en carretera convencional a nivel genérico, pero con la posibilidad de que los titulares de las vías puedan aumentarla si el trazado es seguro y la vía está bien conservada”.
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Considera que, en algunos casos, “no existe coherencia entre la velocidad y el tipo de vía” y esto provoca que una de las infracciones de tráfico más comunes sea sobrepasar los límites establecidos. “Si el ciudadano ve la vía en buenas condiciones, no entiende una velocidad excesivamente baja y al revés”, explica.
Tal y como ha asegurado en el II encuentro Planeta Vial, desde la DGT esperan que “el resto de actores implicados y grupos políticos estén de acuerdo” con esta medida, para que pueda tramitarse cuanto antes. Además, ha aprovechado la ocasión para destacar que España es uno de los países que más seguridad vial proporciona a sus ciudadanos, aunque se seguirá trabajando para cumplir los objetivos de Tráfico. Por ejemplo, reducir el número de víctimas mortales en carreteras.
El Real Automóvil Club de España ha manifestado su opinión en contra de la nueva iniciativa que planea llevar a cabo la DGT. Según recoge Autopista.es, aseguran que esta medida no ha obtenido resultados favorables en el pasado, por lo que sería más conveniente invertir esfuerzos y recursos en mejorar las infraestructuras de las vías más peligrosas.
Su argumento se basa en el último informe publicado por EuroRAP. En él, se explica que los tramos de carreteras secundarias calificados de “riesgo elevado”, donde se han llevado a cabo reformas y mejoras, se han reducido los números de accidentes de forma considerable.
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De hecho, concretan que en algunas zonas, anteriormente consideradas como “tramos negros”, han visto menguados sus datos de siniestralidad prácticamente en su totalidad. Entre ellos, destacan la N-6 entre Madrid y Segovia (del punto kilómetro 49,3 al 61,2) o el de la N-435 en Badajoz (desde el PK 33,4 al 45,9).
Por tanto, el RACE propone a Tráfico que centren sus proyectos en mejorar el firme, adaptándolo al clima y al relieve; mejorar el estado de las señales y favorecer el desdoblamiento de las carreteras en los puntos más peligrosos.
Esta medida sería similar a la que ya propuso la Dirección General de Tráfico en 2015, cuando era dirigida por Cristina Seguí, aunque en aquella ocasión quedó sin efecto tras la opinión en contra del Consejo de Estado.
Servimedia y ABC recogían hace unos días unas declaraciones de Zoido en las que señalaba que “se están barajando” algunos cambios en la en la Ley de Tráfico, entre los que se incluiría esta reducción de la velocidad máxima en carreteras secundarias (más abajo tienes cómo quedarían los límites). La variación estaría encaminada a equiparar nuestras vías a las de “todos los países de nuestro entorno de la UE”.
Y aunque señaló que no es el único cambio que se está planeando, no precisó mucho más: “También hay otra serie de medidas que se están estudiando para poder incorporarlas a la ley, pero todavía no hay ninguna que podamos decir que ya esté decidida en su totalidad”.
Esta reducción de la velocidad es similar a la que incorporaba el borrador del Reglamento General de Circulación realizado en 2015 y que quedó sin aprobar ante el dictamen desfavorable del Consejo de Estado.
Aquel reglamento, al que ha tenido acceso Servimedia, señalaba que el límite de las carreteras convencionales para coches, motos
y cuadriciclos bajaría de 100 km/h a 90 km/h en las vías con un ancho mínimo de 6,5 metros, una cifra que sustituye a los 1,5 metros de ancho en el arcén, referencia actual.
Pero no sería la única variación. La velocidad también se reduciría de 90 a 70 km/h si la calzada tiene una anchura inferior a 6,5 metros, pero dispone de marcas de separación de carriles, y de 70 a 50 km/h si la calzada tiene menos de 6,5 metros y no hay líneas que delimiten los carriles.
Finalmente, las vías sin pavimentar tendrían una velocidad máxima de 30 km/h.