Los salones del automóvil sirven para presentar novedades, vehículos ya terminados listos para la producción. Pero otro de sus papeles, uno de los más importantes, es mostrar hacia dónde va la industria. Cada fabricante o marca muestra sus prototipos con los que pretende marcar y testar las tendencias del mercado. En esta caso, el Kia Habaniro es un ejemplo.
El Concept Car coreano aparecido en el Salón del Automóvil de Nueva York anuncia un futuro eléctrico y autónomo. Se trata de un SUV con una autonomía superior a los 480 km, nivel cinco de conducción autónoma y software de inteligencia emocional que le permitirá adaptarse al estado de ánimo del conductor.
El modelo planteado por Kia en el salón estadounidense está pensado para satisfacer todas las demandas posibles. Se trata de un vehículo medio, aunque ligeramente mayor que el Kia e-Niro, con 4,43 metros de longitud y una batalla de 2,83 metros. Aspectos que garantizan una gran movilidad en ciudad unidos a un gran habitáculo con amplitud y confort para cuatro pasajeros.
Un vehículo que pone las ruedas en las esquinas para lograr voladizos cortos de fácil manejo en lugares estrechos o con poca visibilidad. Las ruedas tienen 20 pulgadas de diámetro aportando una imagen robusta y aplomada sobre el asfalto.
El Kia Habaniro incorpora diferentes elementos de diseño sumamente llamativos como las puertas con apertura en “alas de mariposa” o los detalles en color rojo lava extendidos por toda la carrocería, especialmente en el pilar C que se extiende hasta el techo.
Su frontal también es llamativo con una apertura sobre la parrilla principal realizada en aluminio negro mate, imitando la cabeza de un Tiburon. Gracias a ello logran una imagen agresiva y orgánica de todo el vehículo.
El espacio destinado a los ocupantes no podía ser menos. En él se integran cuatro asientos individuales, los delanteros flotantes; un salpicadero de un material semejante al metacrilato capaz de actuar como pantalla para mostrar todo tipo de información.
El Kia Habaniro prescinde de pantallas, un enorme “cristal” que actúa como salpicadero las sustituye. Este puede utilizarse para proyectar una película cuando circulamos en modo completamente autónomo, cuando el volante se esconderá para dejarnos más espacio.
Cuando el conductor mantiene el control, la información se proyectará de forma convencional sobre el parabrisas.