Enemigos íntimos: Jaguar E-Pace vs. Volvo XC40, a prueba 

Dimensiones similares, un público objetivo compartido… Los dos fabricantes europeos están condenados a enfrentarse, en clave SUV premium , con modelos compactos que compiten en el segmento de moda. Comparamos el Jaguar E-Pace R-DYNAMIC First Edition P250 AWD Automático con el Volvo XC40 T5 Inscription AWD Automático, dos enemigos íntimos. Atraídos por la creciente demanda SUV , que atrapa a vehículos de toda condición y segmento, Jaguar y Volvo extienden su rango de acción hacia tamaños más menudos. El empaque de sus modelos superiores (Jaguar F-PACE, y Volvo XC90 o XC60 ) aterriza en una categoría menor en la que sin embargo se mantienen altos estándares de calidad y equipamiento.

Sus otros rivales

En su punto de mira encuentran a los habituales referentes alemanes ( Audi Q3, Mercedes-Benz GLA o los BMW X1 y nuevo X2), pero el producto que tenemos ante nosotros está, cuando menos, a su misma altura. Tras una semana compartiendo vivencias, lo cierto es que, aunque ya sea solo por la novedad del momento, el XC40 y el E-PACE reclaman protagonismo. Y lo hacen sin salir del formato establecido. Es decir, de unas medidas compactas (el sueco, tres centímetros más largo, para alcanzar 4,42 metros de largo) y una tangible estatura con las que de inicio imponen buena presencia. Además común en los dos, con carrocerías que parecen haberse modelado en el ‘gimnasio’, a la vista de sus portes musculados.

Refinado o deportivo

El caso es que la atención al diseño es también seña de identidad de sus interiores, sobre todo al acceder al Volvo , de tratamiento exquisito. Como en sus últimos lanzamientos, predomina un ambiente refinado y rematado con gusto. A ojos cerrados, bien pudiera pasar por el habitáculo (espacio aparte) de cualquiera de sus mayores. De ellos hereda el aspecto limpio del salpicadero o la disposición vertical de la pantalla central, de buena calidad y múltiples funciones, con posibilidad de personalizar accesos directos a las más demandadas. A esta pantalla debemos acudir más de la cuenta, porque los botones físicos son excepción (hasta el funcionamiento del climatizador está integrado en el sistema táctil). A tenor numerosos menús desplegables, requiere un tiempo para familiarizarse con todos sus ‘escondites’.

En cambio, la personalidad del Jaguar viene dada, como es norma en la casa, por una apuesta más deportiva inspirada en todo un FTYPE . Aquí sí hay mandos físicos para el sistema de calefacción, a la postre más accesible y funcional que su oponente de estas páginas. El multimedia recurre a una pantalla horizontal cuya parte izquierda queda algo tapada por el arco del volante.

Contienda igualada

Asimismo, mientras que el Volvo acoge el puesto de conducción a mayor altura, en la tónica de la especie todocamino, el británico envuelve más al conductor y lo sitúa más bajo. Son distintas concepciones de expresar la filosofía SUV, si bien, en lo que a espacio refiere, los dos llegan a conclusiones parecidas. Así  ambos resuelven este apartado con buena nota; en la primera fila se marcan a la perfección, tomando una ligera ventaja el XC40 en anchura. Detrás, el E-PACE iguala la contienda y, de hecho, la banqueta más corta del Volvo no consigue centímetros adicionales en esa zona; al mismo tiempo, en los dos la altura es holgada. Por la forma del asiento, parece que el tercer pasajero, el de la plaza central, se ha tenido menos en cuenta (poco sitio, respaldo duro, etc.).

No hay problema a la hora de viajar con todo el equipaje, por cuanto que hallamos maleteros capaces en relación al tamaño del vehículo. Jaguar declara bastantes más litros, 577, aunque contando los 93 que dan servicio a la rueda de repuesto. Al final, no es tan superior sobre la cifra anunciada por Volvo, 460 litros, dispuestos en una cavidad más larga, pero más estrecha y baja. Sea como fuere, el umbral de carga es ciertamente elevado en uno y otro, una pequeña molestia al introducir maletas pesadas, por ejemplo. En movimiento, evocan el guiado de modelos superiores, aun cuando las reacciones no son exactamente iguales. Un F-PACE es más estable a alta velocidad que el E PACE, de la misma manera que un XC60 establece un aplomo superior al del XC40. Verdades de Perogrullo que, sin embargo, al entrar en detalle descubren trazos a favor.

Equilibrio asfáltico

El Volvo en concreto se muestra relativamente ágil. Entre curvas, sin considerarle como referente de la categoría, equilibra maneras: el grado de confort es alto y en tramos revirados aguanta el envite con corrección y poca deriva del eje delantero, normalmente el que más sufre en un SUV. Claro que, en este momento, la tracción total (la gama también contempla versiones delanteras 4×2) ayuda bastante. Es un coche alto y compacto, y a partir de ahí se comporta con solidez, buena direccionalidad y comodidad.

Por su parte, algunos matices separan al Jaguar. Reproduce parte de las aptitudes del rival (también es 4×4), pero sus reacciones son un punto más nerviosas, como si quisiera imprimir más deportividad a la conducción. De tal forma, en plena frenada o en cambios decididos de apoyo resulta algo más impreciso. No obstante, desde la orientación asfáltica de ambos, el inglés acepta un uso fuera de carretera con más garantías gracias a sistemas como el All Surface Progress Control, una especie de control de velocidad que ayuda a sortear obstáculos a bajo ritmo sobre firmes poco adherentes, realmente fácil de usar también para subir y bajar cuestas.

En la otra casa, el nórdico propone diferentes modos de conducción incluido uno offroad que unido a una buena altura libre al suelo (un ‘pelo’ por encima) le permiten adentrarse en pistas sin complicaciones, donde además la suspensión traga pequeños baches con gran efectividad. Vaya por delante que los motores elegidos para esta comparativa se posicionan fuera de la ciudad, a pesar de que la gasolina cada vez gana más adeptos en los usuarios y hasta parece mejor vista que el ahora denostado diésel.

La razón es que en ambientes urbanos sus potentes bloques de cuatro cilindros turboalimentados (249 CV en el de la marca del felino, aunque por arriba todavía hay otro más poderoso de 300, y 247 CV en el sueco) pasan factura con consumos altos: en ese escenario, ambos por encima de 10 l/100 km, siendo normalmente el XC40 menos ‘sediento’, aunque supeditado a las limitaciones de un depósito de menor tamaño (54 por 68,5 litros, respectivamente).

Rápidos y suaves

Sin embargo, a su favor juegan la baza del rendimiento y la finura de funcionamiento. En general, Volvo es un poco más suave (no por falta de brío) en la entrega de fuerza. Esta aparece de manera más abrupta en Jaguar, acuciada por un pedal de acelerador más sensible que resta progresividad a la conducción. De hecho, en el programa Sport acrecienta esa impresión. Al mismo tiempo, las dos mecánicas ganan velocidad con facilidad (de salida es un poco más enérgico el XC40), sin que sus cambios automáticos, no especialmente rápidos y con muchas marchas a gestionar (nueve en Jaguar y ocho el Volvo) supongan un lastre excesivo.

En la cuenta final, como conclusión, habrá que poner sobre la balanza el generoso equipamiento del E PACE First Edition (el más equipado, comercializado con motivo del lanzamiento), también sensiblemente más caro; frente a un XC40 Inscription que deja en el tintero dotaciones que en su contrincante se incluye de serie. En ambos, sea de una u otra forma, destacan los numerosos sistemas de seguridad aportados para que el conductor se sienta asistido frente a despistes y otras situaciones de circulación. Una vez realizado el balance, Jaguar sigue siendo más costoso pero ya no tanto. Por lo que al final las posiciones, también aquí, están bastante igualadas

Ficha técnica del Jaguar E-Pace R-DYNAMIC First Edition P250 AWD Automático

Ficha técnica del Volvo XC40 T5 Inscription AWD Automático

Fotos: Paloma Soria.