Al hidrógeno, utilizado como combustible para nuestros coches, aún le queda un largo camino por recorrer. Sin embargo comenzamos a ver propuestas muy reales, y una de ellas, que tuve ocasión de probar por los alrededores de Madrid, es el Hyundai ix35 Fuel Cell. Se trata de uno de los primeros vehículos de pila de combustible fabricados en serie y aunque no se puede vender en nuestro país, por la ausencia de infraestructuras para el repostaje, lo cierto es que ofrece muchas ventajas respecto a un vehículo eléctrico.
¿Cómo funciona?
En lugar de un motor convencional, el Hyundai ix35 Fuel Cell monta un complejo sistema comandado por la denominada pila de combustible, la encargada de transformar el hidrógeno, una vez combinado con el oxígeno, en electricidad. El proceso se lleva a cabo mediante una reacción química denominada electrólisis inversa. Así se genera la energía necesaria para hacer funcionar un motor eléctrico que desarrolla una potencia de 136 CV, una cifra comparable al de un vehículo convencional pero con una importante diferencia: por el escape solo emite vapor de agua.
Existen dos tanques de hidrógeno, situados bajo los asientos traseros y maletero, y ofrecen una capacidad de 144 litros. Almacenados a 700 bares solo representan un peso de 5,64 kilos. Otro elemento a destacar del sistema es la batería de alto voltage, de iones de litio, con una capacidad de 0,95 kWh y una potencia de 24 kW.
Prueba del Hyundai ix35 Fuell Cell
La conducción del ix35 es limpia y silenciosa. La respuesta del acelerador es muy progresiva, quizá sin la pegada tan instantánea de otros coches eléctricos que hemos probado, aspecto que depende más de la calibración del acelerador que del propio motor, según nos indicaron los responsables de Hyundai que me acompañaron en la ruta.
Las prestaciones son buenas, aunque estamos hablando de un vehículo pesado, 1.830 kilos, en torno a 400 más que su homólogo de gasolina, y 300 que la versión diésel. La velocidad máxima es de 160 km/h, mientras que la autonomía del Hyundai ix35 Fuel Cell es otro dato a destacar, 594 kilómetros, un alcance insalvable para los automóviles eléctricos. Respecto a estos, el modelo coreano no necesita largos periodos de carga, y en apenas cuatro minutos se llenan completamente sus depósitos de hidrógeno.
Ya que el espectro de giro del motor eléctrico es muy amplio, se elimina la caja de cambios, aunque dentro sí que hay una palanca con distintas posiciones. Además de los modos habituales de marcha atrás y adelante, punto muerto y posición de parking, se añaden otros dos: “E”, para una conducción más económica; y “L”, para regenerar más energía en las retenciones.
A pesar de que el hidrógeno es el elemento químico más abundante del universo, los procesos de obtención son caros y aún no han sido desarrollados como para que sean accesibles en una estación de servicio para su reportaje. No obstante, el Hyundai ix35 Fuel Cell demuestra que la tecnología de la pila de combustible es una excelente alternativa tanto para los coches eléctricos como para los motores de combustión interna.