¿Cuántos helicópteros Pegasus tiene la DGT? ¿A qué distancia funcionan las cámaras de los helicópteros? Estas son algunas de las preguntas que muchos nos realizamos al pensar en la unidad del aire de la Dirección General de Tráfico. Hoy vamos a responder la mayoría de ellas. Para empezar, hay que distinguir los términos “helicóptero” y “Pegasus”, ya que el primero se refiere al aparato de vuelo y el segundo al sistema de radar que se incorpora en la aeronave, por lo que pueden existir helicópteros que no lo equipen.
El primer sistema de radar Pegasus fue incluido en un aparato de la DGT en marzo de 2013. Aunque estos helicópteros utilizados para sancionar son los más conocidos por los usuarios, no son las únicas armas con las que la DGT contará próximamente, ya que en las medidas de seguridad vial que se desarrollarán en 2018 se incluye un apartado en el que se especifica la adquisición de drones para el control del tráfico.
Como introducción, la DGT creó en abril de 1961 su unidad del aire, denominada Negociado de Helicópteros, en la que se enrolaron tres pilotos, dos mecánicos y dos aeronaves Bell 47. Entre 1965 y 1975 se fueron creando bases permanentes en ciudades como Bilbao, Sevilla o Valencia, que se unían a la de Barcelona, nacida unos años antes. En 1989 se unió la de Málaga, mientras en 2001 se añadían las de La Coruña y Zaragoza y en 2008 la de Valladolid.
Un año antes, en el año 2000, las competencias de vigilancia en carretera fueron transferidas a la Generalitat de Cataluña, por lo que la base de helicópteros pasó a depender de la Comunidad Autónoma y por ello no pertenece a las bases de la DGT, al igual que Navarra o el País Vasco, que las adquirió en 1982. De esta forma, el mapa de bases de nuestro país queda de esta manera:
España fue pionera en el mundo en cuanto a utilización de estos Pegasus para el control del tráfico. Aunque el fabricante es de origen canadiense, la DGT afirma que la idea, el proyecto, el diseño del algoritmo de control y el registro de la velocidad y la certificación final son “netamente españolas“. Según la dirección General de Tráfico, el objetivo principal de estos helicópteros es “colaborar en la reducción de la siniestralidad y en la mejora de la fluidez circulatoria”. Estas son, o han sido, sus misiones habituales:
La vigilancia y la regulación del tráfico suponen el 85 % de las horas de vuelo, mientras que la asistencia sanitaria dejó de realizarse en 1997 debido a que la competencia de las emergencias sanitarias se transfirieron a las Comunidades Autónomas. Entre 1989 y 1997 realizaron 8.820 misiones sanitarias con asistencia a 9.080 heridos y 2.425 evacuaciones al hospital. Por otro lado, en los tres primeros años de vida del sistema de radar Pegasus, los helicópteros de la DGT realizaron 3.821 horas de vuelo, en las que controlaron 76.417 vehículos y emitieron 18.274 denuncias.
Según los datos del máximo organismo del tráfico en España, nuestro país cuenta con una flota total de 13 helicópteros, 30 pilotos, 25 técnicos de mantenimiento, 11 operadores de cámara y nueve personas encargadas de la administración, logística e ingeniería. De estos 13 aparatos, la última información oficial confirma que al menos 8 helicópteros incorporan el sistema de radar Pegasus. Las aeronaves son de tres tipos diferentes:
A diferencia de lo que ocurre con un radar fijo, con el que únicamente se puede controlar un punto concreto de la carretera, este sistema ayuda a las autoridades a vigilar cientos de kilómetros de carretera en un vuelo de apenas dos horas de duración. Desde el aire se cuenta con una mejor visión para seleccionar los vehículos que circulan con exceso de velocidad o realizando conductas temerarias, por lo que estos sistemas permiten controlar un vehículo cada tres minutos de vuelo. Para realizar su labor están equipados con dos cámaras diferentes. La primera de ellas es una cámara panorámica que facilita el seguimiento de los coches y la captación de la velocidad de estos. La segunda es una cámara de detalle cuyo objetivo permite leer la matrícula de un coche y puede detectar velocidades de hasta 360 km/h. Estas cámaras se encargan de medir la distancia al objeto, en este caso el coche, en varias posiciones diferentes con las que determinar la velocidad a la que viaja el vehículo.
Estos sistemas están desarrollados para ser operativos a más de 300 metros de altura y son capaces de detectar infracciones en vehículos que se encuentran a una distancia en línea recta de un kilómetro.
No. Como hemos visto, la tarea principal es la de vigilar las carreteras, pero este tipo de radar unido a la aeronave permite captar otro tipo de infracciones desde el aire como son el mantenimiento de la distancia de seguridad entre vehículos, distracciones, uso del teléfono móvil, la no utilización del cinturón de seguridad o el casco y la realización de maniobras peligrosas o prohibidas.