Finalizamos nuestro repaso a las gymkhanas que ha protagonizado el siempre espectacular Ken Block con las tres últimas entregas de la saga. Si has visualizado las Gymkhanas de forma temporal con la primera y la segunda entrega que iniciamos hace dos días, habrás comprobado cómo han ido ganando en espectacularidad, detalles y puesta en escena.
Y, si aún no has visto el décimo capítulo de las Gymkhanas de Ken Block, ojo, que la última simplemente es el colofón a una serie de emisiones que nos han hecho babear a muchos. Vistas todas, solo nos queda una duda: qué sucederá con la siguiente y cómo pretenden superar lo visto en la décima. El nivel está alto y será difícil superarlo.
El punto exótico de la saga. El norteamericano nos muestra que no se le caen los anillos cuando le toca derrapar por las calles de un país como Dubai, donde el lujo se muestra en cada esquina y donde todo está hecho a lo grande. Mucha atención al momento drifting delante de la parking de vehículos de altagama de la policía de aquel país.
Puesta en escena en un espacio cerrado en un polígono de Buffalo con las sorpresas que un lugar de este tipo puede ocultar. El protagonista fue el Ford Focus con el que Ken Block iba a participar en el Mundial de Rallycross y regresar a sus orígenes. De nuevo, intersecciones a las que se llega de lado, mucho humo y olor a goma quemada y un helicóptero que carga un Ford F-150 SVT Raptor suspendido en el aire. Esta vez no hubo demasiada postproducción y sí mucho detalle de slowmotion.
Cinco coches, cinco escenarios y mil tipos piruetas con todo tipo de dificultades y sobre todo tipo de superficies. Ken Block es esa bestia indomable a la que hay sujetar para que no se escape. Y, aunque en esta ocasión se le intenta sujetar… no hay manera y pasa lo que tiene que pasar. En esta décima entrega llegan los primeros invitados a la saga y, de hecho, alguno le roba el protagonismo.