En la actualidad, las aplicaciones móviles prácticamente dominan nuestro día a día. Pero, sin duda, algunas de las más exitosas a nivel de descargas son las que ayudan a los conductores en sus desplazamientos. Es decir, aquellas que avisan de las incidencias que presentan las vías, de las retenciones e, incluso, alertan de los radares y controles de la Guardia Civil. Estas ayudan a evitar situaciones de tráfico intenso, replanificar el viaje y ahorrar un buen rato de desesperación en al carretera.
SocialDrive, Waze o Coyote, son algunos ejemplos y todas ellas se caracterizan por ser aplicaciones interactivas. En otras palabras, son los propios usuarios quienes las nutren de información y las mantienen actualizadas a tiempo real. Esto quiere decir que, cuando un conductor circula por una vía y le hacen un control de alcoholemia (por ejemplo), puede notificarlo en la aplicación y así avisar a los demás conductores para que puedan optar por una ruta alternativa.
En principio, el servicio que ofrecen estas plataformas es de gran valor para los conductores. Les permite ahorrar tiempo y evitar las diferentes incidencias, obras, atascos por accidentes, etc. No obstante, según contempla la Guardia Civil de Tráfico , también pueden perjudicar la seguridad vial de todos los usuarios y la seguridad ciudadana.
Desde la Asociación Pro Guardia Civil, intentan que el Ministerio del Interior ponga fin a la actividad de estas aplicaciones. Aseguran que en ellas, “con la excusa de ser un “conductor solidario” se puede ocasionar un grave riesgo para todos o un serio peligro”. Por ejemplo, si un conductor avisa sobre un control de alcoholemia, aquellos que hayan consumido alcohol, podrían evitarlo. Algo que compromete, en gran medida, la seguridad vial.
Es más, mantienen que “una patrulla de la Guardia Civil garantiza una seguridad integral y alertar de su presencia nos pone en riesgo a Todos. Especialmente en unos momentos en los que estamos en una situación de peligrosidad permanente instamos a eliminar estos dispositivos ladrones de seguridad que hacen campar a sus anchas a los delincuentes”.
Todos hemos tenido la tentación de subir una foto a las redes sociales o pasarla en un grupo de mensajes instantáneos cuando hemos visto un radar o un control sorpresa en una carretera o calle. A nadie le gusta que le pongan multan o que abusen de ese factor sorpresa para descubrirte haciendo una incorrección (aunque a veces es la única manera de que cumplamos con la normativa vigente). Pues mucho cuidado con dar difusión visual a este control. Esto se considera infracción grave, según el artículo 36 de la Ley de Seguridad Ciudadana, y la sanción que conlleva varía entre los 601 y los 30.000 euros.