El Gobierno, actualmente en funciones, ya tiene preparada una serie de medidas recaudatorias de cierta urgencia si finalmente se conforma en septiembre, entre ellas la de implantar el peaje en las autovías españolas, actualmente gratuitas. Una idea que ya sondeó durante los 10 meses de gobierno socialista.
Para el Ejecutivo de Pedro Sánchez el coste será simbólico, de aproximadamente dos céntimos por kilómetro, según desveló El Español ayer. Con este nuevo peaje se pretenden sufragar los costes de mantenimiento, que en 2018 cerraron con un déficit de 26.000 millones de euros. Al mismo tiempo, este nuevo ‘impuesto’ a los conductores servirá para liberar partidas destinadas a gasto social, especialmente para ayudas a la dependencia.
El Gobierno pretende que el peaje sea uniforme en todo el territorio nacional y está dirigido especialmente, para el transporte de mercancías, que son los que más usan las autovías y sólo pagan peajes similares en los países vecinos, como Francia o Portugal.
Habrá algunas excepciones, como la exención de pago para los residentes cercanos a la autovía. Al mismo tiempo, el 1 de enero de 2020 se suprimirán los peajes en tramos de autopistas de gestión privada, como el largo tramo de la AP-7 comprendido entre Tarragona y Alicante o de la AP-4 entre Sevilla y Cádiz. Aún no se ha confirmado si en estos tramos, que pasan a ser gestionados por el Estado, se pagará esta nueva tasa, que será un 10% más barata que el peaje actual de una autopista privada.
Así, aplicando este nuevo peaje de dos céntimos por kilómetro, trayectos entre grandes ciudades, como por ejemplo Madrid y Barcelona, costará 12,5 euros, aproximadamente, eso sin contar los tramos de peaje de las autopistas que se incluyan en la ruta. De Madrid a Valencia, un recorrido de 357 km, costará 7,14 euros o desde Zaragoza a Bilbao, separadas por 303 km, el coste ascenderá a a 6 euros.
Para el Ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, se trata de una medida que haría uniforme el pago de las infraestructuras para todo el territorio nacional. “Actualmente, en unos territorios son de pago y en otros no”, señaló a El País. Al mismo tiempo, su objetivo es eliminar los peajes de las autopistas privadas, no renovando los contratos con las empresas concesionarias, pasando a ser públicas.
Comparando las tarifas por kilómetro de los peajes en los países de nuestro entorno, la tasa de 2 céntimos, es baja comparada con la de Francia y Portugal, que ronda los 7 para un turismo convencional (datos calculados a partir de las tarifas de las principales empresas concesionarias).
No obstante, Francia aún mantiene varios tramos de autovías gratuitos para vehículos pesados, en torno a un 25% del total, según datos de la Comisión Europea y A.T. Kearny recogidos por El Español. En España, este porcentaje asciende a más del 80% de la red. “Todo el mundo paga las infraestructuras ferroviarias o los aeropuertos a través de tasas. No sé qué pasa cuando se trata de una autopista. Es una infraestructura más y sobre ella descansa una gran actividad comercial”, explicó el ministro Ábalos.
Imponer el pago del peaje en las autovías por parte de el Gobierno es una medida que cuenta con un amplio consenso por parte de las principales fuerzas políticas. PP y Ciudadanos son favorables a la medida, pero no así Podemos o los partidos nacionalistas catalanes y vascos. En todo caso, el Ejecutivo socialista buscará el mayor consenso entre los partidos y los sectores privados implicados para abordar su tramitación.