Las pegatinas de la DGT podrían cambiar los protocolos de obtención.
En 2016 el Gobierno, entonces dirigido por Mariano Rajoy, lanzó una catalogación de vehículos según el tipo de tecnología que utilizaba y la fecha de fabricación. Eran las pegatinas medioambientales de la DGT que clasificaba a los coches como ‘Sin etiqueta’, ‘C’, ‘B’, ‘ECO’ y ‘Cero’.
Sin embargo, en este momento no se podían imaginar los avances que la industria del motor estudiaba lanzar en los siguientes meses y se creó un agujero por el que se han colado numerosos modelos que, con motores de grandes prestaciones, muchos de ellos con motores diésel, han logrado la etiqueta ECO en detrimento de otros con consumos más bajos y menos contaminantes que se mantienen con la C.
Los microhíbridos, en la diana
La búsqueda de la mayor eficiencia de sus mecánicas ha llevado a los fabricantes de vehículos a diseñar fórmulas que le redujeran los consumos y las emisiones de sus motores. Así aparecieron los motores microhíbridos, una suerte de hibridación por la que un generador eléctrico se sitúa junto a la caja de cambios y ayuda al motor térmico en momentos de máxima necesidad.
El ahorro de consumo y emisiones logrado se sitúa entre el 5 y 10 %, aunque la parte eléctrica (en realidad no es un motor) nunca sustituye al motor de combustión. Tan solo ofrece su ayuda como lo haría, salvando las distancias, el turbocompresor.
Este esquema se ha ido implementando en un gran número de vehículos de nuestro mercado. En un primer lugar se presentó en modelos de altas prestaciones, de manera que se podían ver motores de varios cientos de caballos con la etiqueta ECO, para, poco a poco, ir extendiéndose en coches más accesibles para el gran público.
Esto conllevó a que hubiera coches con motores tricilíndricos, potencia limitada y emisiones por debajo de los 120 g/CO2, los que se ahorran el pago del impuesto de matriculación, con la etiqueta C, mientras que otros, que multiplicaban por tres y cuatro su potencia y dejaban sus emisiones muy por encima de este límite, contaban con la etiqueta que les permitía acceder a las áreas de bajas emisiones de las ciudades así como a todos los beneficios a los que pueden acceder los vehículos ecológicos.
De rumor desmentido, a la agenda del Gobierno
El cambio en la designación de las pegatinas de la DGT es un rumor que viene sonando desde hace tiempo. Sin embargo, desde Tráfico han rechazado en varias ocasiones esta idea. La última vez el 18 de febrero de este mismo año.
Sin embargo, el cambio en la catalogación de estas pegatinas de la DGT ha entrado a formar parte del Plan de la Automoción que el pasado lunes presentó el Gobierno de Pedro Sánchez, un plan estructural por el que no solo se prevén inversiones de hasta 3.750 millones de euros en el sector del motor, sino que pretende potenciar algunas áreas como el de la industria, la investigación y la formación al tiempo que se compromete a revisar algunas de las normas ya vigentes. Y este estas, estaría el de las etiquetas de la DGT.
Al menos así lo refleja el texto: “La evolución tecnológica es una realidad y los nuevos vehículos que incorporan estas innovaciones deberían ser catalogados dentro de las posibilidades que ofrecen el sistema de etiquetas actual, o bien añadiendo nuevas etiquetas”.
Sin embargo, a pesar de este postulado, no hay una fecha concreta para la toma de la decisión. La DGT ya ha recibido el encargo de formar una comisión interministerial que analice la situación y dé una solución. Aunque esto será a medio plazo, no en las próximas semanas. Hay quien apunta a que la nueva propuesta no llegará hasta el año 2021.