El futuro de Volvo a medio y largo plazo pasa por una rápida conversión al coche autónomo y al cambio de relación con el cliente. Se trata, según la nota de prensa publicada por la compañía sueca, de traspasar los límites de una marca de coches convencional para convertirse en un “proveedor de servicios”, tal y como lo ha definido su presidente, Hakan Samuelsson.
En la práctica, el futuro de Volvo en diez años será aumentar la venta por suscripción. Se trata de un sistema que también han puesto en marcha marcas como Porsche , Audi o Cadillac . Un servicio basado en el pago de una cuota mensual, que da derecho a un coche nuevo y otros extras. El vehículo se podrá cambiar cada dos años, eliminando así la opción de propiedad del coche.
Referencia en autónomos
Este cambio a ‘proveedor de servicios’ se fundamenta también en el programa de desarrollo de coches autónomos, junto a Uber. El fabricante sueco pretende que un tercio de sus vehículos sean autónomos en 2025.
Otro de los objetivos de la marca será generar un volumen de ventas cuya mitad sea sólo de coches eléctricos. De ellos, un tercio deberán ser autónomos y la mitad de todos los coches vendidos lo será mediante suscripción.
Cliente por suscripción
Para Volvo, el modelo de venta por suscripción genera ventajas como la mayor facilidad para acceder a un coche, sin tener que preocuparse de seguro, mantenimiento o el pago de una entrada. También aumentará la base de clientes fieles: Volvo quiere que para 2025 se construyan más de cinco millones de relaciones directas con los usuarios. Una cifra que permitirá a la compañía escandinava desarrollar servicios conectados con sus clientes.
“Desde 2010, Volvo se ha transformado en una empresa mundial de automóviles Premium. Ahora ha llegado el momento de que esta transformación se convierta en un periodo de rentabilidad sostenida, en línea con otras marcas Premium”, declara Hakan Samuelsson.