De Elon Musk, fundador de Tesla, se dicen muchas cosas: que si es el nuevo Leonardo da Vinci, que si es el sucesor de Steve Jobs, que si vive 20 años adelantado a su tiempo, que si sus ideas son quiméricas e, incluso, que es un ‘vendemotos’. Pero lo cierto es que si ya ha revolucionado la industria automotriz con Tesla y la espacial con SpaceX, y eso que por el momento solo ha hecho grandes anuncios, ahora quiere revolucionar la biología y la informática fusionando ambos mundos.
Ha fundado una nueva compañía, Neuralink, mediante la que pretende conectar cerebro e informática, no solo para curar enfermedades, potenciar nuestra inteligencia o descargar memoria, sino también para protegernos de la Inteligencia Artificial, de la que prevé será peligrosa en solo cinco años, según ha declarado en las últimas semanas.
Hacía tiempo que se barruntaba que Musk estaba inmerso en este nuevo proyecto, y poco a poco se va conociendo de qué se trata. Falta la confirmación oficial aunque ya se ha sabido que Neuralink se registró como empresa en junio del año pasado. Por el momento se desconoce su actividad investigadora, tan solo que estarían centrados en el campo neurológico, especialmente en el ‘cordón neuronal’, pequeños electrodos cerebrales que se podrían cargar, así como potenciar aptitudes o incuso dar nuevos conocimientos a la persona. En resumidas cuentas, espera desarrollar ordenadores craneales.
En un principio, el objetivo estaría en solventar problemas de los que actualmente se desconocen su origen y su cura, como son el Parkinson o el Alzheimer, aunque en el horizonte se encontraría la participación en máquinas o equipos informáticos con los que terminaríamos fusionándonos con un nuevo interfaz cerebro-ordenador.
Por extraño que esto nos pueda parecer, lo cierto es que son ya varias las empresas que están investigando este campo, como es el caso de Facebook, que ya cuenta con varios neurocientíficos en plantilla, o Darpa, la agencia de proyectos de investigación avanzada de Defensa de Estados Unidos, que ya tiene un programa por el que invertirá 60 millones de dólares (55,6 millones de euros) en los próximos cuatro año para desarrollar tecnología implantable en el cerebro.
Por el momento, solo ha habido rumores y algunas constancias como la inscripción de la empresa, así como conversaciones, algunas de ellas en Twitter, con algunos de los protagonistas de la compañía. No tiene ni logo ni sitio web oficial aún. Falta por conocer cómo quedará constituida Neuralink, cuáles serán sus protagonistas y su objeto final de actividad, pues mientras tanto todo serán conjeturas, aunque teniendo en cuenta que Elon Musk está implicado, se puede esperar cualquier cosa de ella.