En un escrito redactado junto a otras 26 empresas, piden que ese sea el año en el que solo se vendan motores eléctricos para garantizar la neutralidad en tema de emisiones.
No te descubrimos nada nuevo si te decimos que el sector del automóvil va directamente enfocado a la electrificación. Muchos son ya los fabricantes que han anunciado sus planes de dejar atrás los motores de combustión para centrarse exclusivamente en los modelos 100% eléctricos. Ford y Volvo así lo confirmaron hace meses asegurando que en Europa dejarían de comercializar modelos de combustión a partir del 2030.
Pues bien, precisamente ambas marcas son las que, junto a una coalición de otras 26 empresas de distintos sectores industriales, han redactado un escrito que han enviado directamente a la Unión Europea para que garantice que todos los coches y furgonetas nuevos que se vendan en el Viejo Continente a partir del año 2035 sean 100% eléctricos.
Del mismo modo, quieren establecer objetivos de obligado cumplimiento para la infraestructura de carga. Esa coalición ve necesario fijar una fecha límite para la producción de motores de combustión con el objetivo de conseguir que desaparezcan del todo en el 2050, año en el que Europa debe alcanzar las cero emisiones netas. En el escrito presentado, dirigido a los eurodiputados y los gobiernos de la UE, las compañías argumentan que los dirigentes políticos deben proponer una normativa robusta que genere certidumbre sobre la planificación para los fabricantes, los proveedores de infraestructura y los clientes durante este periodo de transición hacia los vehículos eléctricos.
Las peticiones de Ford y Volvo
El presidente de Ford Europa, Stuart Rowley ha asegurado que “en Ford, creemos que la libertad de movimiento va de la mano del cuidado de nuestro planeta y de los demás”, al tiempo que ha incidido en que los responsables políticos deben establecer objetivos nacionales obligatorios para hacer posible una infraestructura de carga eléctrica “sin fisuras”. Por otra parte, los automóviles de combustión interna son los destinatarios de aproximadamente un tercio de las importaciones de petróleo a Europa. El cambio a un transporte por carretera libre de combustibles fósiles mejorará la seguridad energética del continente y reducirá los miles de millones de euros que se envían anualmente al extranjero a cambio de petróleo.
En el caso de Volvo, su consejero delegado, Jim Rowan afirma que “la ventana de oportunidad que tenemos para evitar los peores efectos del calentamiento global se cierra rápidamente. Es en este momento crítico cuando la Unión Europea debe ratificar su liderazgo en la acción climática”. El Parlamento Europeo y los gobiernos de la UE tendrán que decidir en junio sus posiciones con respecto al objetivo de 2035 para los vehículos de cero emisiones. Tras las negociaciones, se espera que la normativa final se apruebe en otoño.