La historia está cargada de iconos, especialmente aquellos que todavía a día de hoy brillan como la primera vez. El Ford Mustang Bullitt es uno de ellos, una edición especial que regresa a esta nueva generación Mustang justo en el 50 aniversario de la película en la que se inspira.
Bullitt fue, es y será uno de los grandes iconos del género policiaco. Más todavía con un personaje principal encarnado por el mismísimo Steve McQueen, genio y figura que ha destacado por su amor por la velocidad, las carreras y cualquier “aparato” con ruedas.
Pinceladas clásicas
Resulta curioso que Ford haya respetado tanto la historia del Mustang Bullitt. Y es que no se trató, en sus inicios, de un modelo de serie, sino de una transformación por parte de la productora de la película en busca de un deportivo sencillo, rápido pero, a la vez, relativamente discreto.
Así nació el Ford Mustang Bullitt original, del cual únicamente existen un par de copias. Uno de ellos, el mejor conservado, fue utilizado por una familia ajena a su herencia histórica. Hasta que hace solo un par de años se recogió su pista. Ahora, 50 años después, regresa con una edición especial que, no en vano, ha estado presente en otras generaciones del cupé deportivo. Solo que en esta ocasión se comercializa a nivel global por primera vez en su historia.
Aspecto fiel
Ford ha conservado muy bien la esencia del Bullitt original en el nuevo Ford Mustang. Presume de poco más que de un nuevo aspecto (ahora matizamos). El color “Verde Oscuro Highland” de la carrocería es específico y solo deja opción a un negro alternativo “Black Shadow” si no convence.
La parrilla en acabado oscuro pierde el logo del Mustang, mientras que la trasera exhibe un nuevo logotipo que indica que rodamos tras la edición especial Bullitt. Por cierto, las llantas de corte clásico son de serie, de 19 pulgadas y en acabado negro con el aro pulido.
Lo que ves es lo que hay
Me gusta que Ford se la haya jugado a una carta: el Mustang Bullitt solo puede ser de una manera, no hay lugar a opciones. Es algo que ocurre en el habitáculo, que gana tapicería de cuero negro con costuras en verde a contraste, una nueva placa identificativa, logotipos y un pomo del cambio distintivo. Nada más.
Hay una sola opción. Algo que, bajo nuestro punto de vista ya podría ser un elemento de serie dado el incremento de precio (6.000 €) frente al Mustang GT del que deriva: los asientos de tipo baquet firmados por Recaro. Tienen un sobrecoste de 2.050 €. El excelente cuadro de mandos es digital de serie, probablemente el mejor sistema de este tipo actualmente disponible.
Solo con motor V8
Otra de las características del Ford Mustang Bullitt es su mecánica. Solo está disponible con motor V8 y cambio manual. Deja de lado la mecánica turboalimentada de 2,3 litros y el cambio automático de 10 velocidades que estrenaba la reciente actualización.
Eroga 460 CV de potencia, 10 más que el Mustang GT del que deriva. Dice Ford que lo ha conseguido al realizar una nueva gestión electrónica y colocar la toma de admisión del Shelby GT 350 que no disfrutamos en nuestro mercado. En la práctica no es una diferencia perceptible, ni mejora las prestaciones. El funcionamiento es igual de elástico y a la vez contundente que el de origen. Adornado con un escape de válvulas activas de serie, con cuatro niveles de sonido.
Carácter deportivo
Otra de las pocas opciones del Ford Mustang Bullitt es la suspensión adaptativa MagneRide (2.200 €), una magnífica solución que modifica, según el modo de conducción, la firmeza. No es de serie, pero lo hemos conducido solo con este tipo de suspensión, de magnífica respuesta.
Todos los mandos son muy directos, desde la dirección, que también dispone de tres niveles de dureza. Y hasta el cambio de marchas, de guiado algo impreciso para cambios rápidos pero de magnífico tacto. Es actualmente, el único V8 atmosférico que puede pedirse con cambio manual.
Edición especial
Ford asegura que su Mustang Bullitt es una edición limitada, pero realmente no hay un número de unidades establecido. Está limitado en el tiempo y dependerá de la demanda, la cual es elevada tras su presentación al público hace solo unos meses.
Tiene un precio de 55.550 €, lo que significa un desembolso 6.000 € mayor al Mustang GT, que prácticamente lleva el mismo nivel de equipamiento. De lo que no hay duda es de que no perderá tanto valor en el tiempo dada su exclusividad, y es que sentirse Steve McQueen está al alcance de muy pocos.