Poca diferencia advertimos entre el interior del Ford Focus Active y el resto de la gama del compacto estadounidense. En este caso está asociado a un motor diésel 1.5 EcoBlue de 120 CV que está unido a un cambio manual de seis relaciones, dejando en opción un automático de 8 velocidades.
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El puesto de conducción es amplio y goza de una buena visión de la carretera, los 30 mm de altura del eje delantero (el trasero se eleva 34 mm) se agradecen. El túnel para las piernas es amplio y sigue restando espacio por encima de las cabezas cuando una persona de 1,85 se sienta. Para el puesto de copiloto se podría decir tres cuartos de lo mismo.
Convence el número de botones (fáciles de usar y rápidos de aprender) del volante multifunción y la información que encontramos en la instrumentación, de relojes con un display central que ofrece la información del ordenador de a bordo, simple pero eficaz teniendo la información que necesitamos en un único vistazo. Sin embargo, no convence tanto que no se ofrezca una instrumentación digital ni siquiera en opción.
Esta está llegando ya a la familia del óvalo con el Ford Puma como primer exponente (12,3 pulgadas), aunque se desconoce el momento en el que aterrizará en la familia Focus, o si habrá que esperar al restiling de la actual generación para encontrarlo.
La carga tecnológica es impresionante y no tarda en hacerse patente cuando se pone en marcha. En el interior podemos apreciar un head-up display (opcional) tan completo en su información como el pequeño monitor de la instrumentación, y una pantalla táctil de 8 pulgadas con nuevos sistemas de conectividad.
En la consola encontramos, además del selector del cambio manual, un botón que nos permite indagar entre los modos de conducción: Eco, Normal, Sport, Resbaladizo y Trail, cada uno adaptado a los gustos del conductor o las necesidades del momento.
Las plazas traseras son algo justas para tres viajantes. Para largas distancias mejor dos pasajeros que disfrutarán de suficiente espacio para las rodillas y por encima de la cabeza. Otro punto que echamos de menos aquí que la bancada se pueda desplazar de forma longitudinal, algo que acomodaría a los pasajeros según la estatura o que, en el lado opuesto, nos haría ganar de forma puntual unos litros extra al maletero, que presenta unos aceptables 375 litros.
En resumen, el Ford Focus Active cuenta con unos buenos acabados, ha dado un paso adelante en la calidad de los guarnecidos, algo que se agradece en un modelo que se prevé salga del asfalto, y es minimalista en sus formas pero intuitivo y cómodo en el uso.