En la actualidad, el Ministerio de Fomento investiga las formas de rentabilizar la conservación de las carreteras españolas. Quieren garantizar su mantenimiento y, para ello, estudian todas las opciones disponibles. No obstante, todo parece apuntar a que su próximo paso consistirá en establecer un sistema de pago de peajes en las autovías. Un cambio que ha generado todo un debate en el Congreso. Y que podría tener importantes dificultades de viabilidad ante la compleja composición de la Cámara.
No obstante, según Pedro Saura, el secretario de Estado de Infraestructuras, el Ejecutivo pretende que esta discusión sobre el nuevo sistema de financiación para las autovías se resuelva cuanto antes. Sin ir más lejos, sugirió que la idea es tomar una decisión antes de que acabe la actual Legislatura. En otras palabras, pretenden hacerlo antes de 2020. Eso si no se adelantan los comicios. Por el momento, las primeras cifras que se barajan sería un coste de 3 céntimos por kilómetro.
Tal como recogen en El Economista, el número dos del Ministerio de Fomento aseguró que gran parte del Congreso estaría a favor de “abordar este nuevo reto”. Y, por esta razón, ya han iniciado los primeros pasos para intentar llevarlo a cabo. Este departamento del Gobierno constituirá una subcomisión específica que se encargará de aportar una solución, fruto del mayor consenso posible.
Para hacerlo, esta subcomisión estará formada por todos los implicados en el nuevo sistema. Hablamos del Gobierno, los responsables autonómicos, las empresas del sector, expertos, concesionarias, etc. Y todos ellos determinarán cómo será la forma de pago en las autovías. Por ejemplo, decidirán si se impondrán los peajes convencionales, peajes blandos, peajes en la sombra… Uno de los ejemplos que se baraja es el de Francia, donde apenas hay autovías de uso libre. El peaje está impuesto en casi todas sus autopistas. Allí es habitual encontrar puntos de pago cada pocos kilómetros aunque el coste es de 1 euro por cada 10 euros, algo más alto de lo que aquí se baraja.
Según parece, cada vez resulta más difícil mantener las carreteras españolas en buenas condiciones. A día de hoy, existen 11.500 kilómetros de vías que necesitan una inversión constante para poder mantenerse, algo que supone un gran problema. Sobre todo, cuando ese dinero tiene que provenir únicamente de las arcas públicas que en la actualidad están muy mermadas por el déficit nacional y los gastos sociales.
No obstante, el Secretario de Estado de Infraestructuras aprovechó este momento para tranquilizar a todos los posibles afectados, asegurando que solo ponen sobre la mesa “la adopción de un modelo para todo el país que permita la sostenibilidad de la red viaria”. Un hecho para el que todavía no cuentan con ninguna fórmula.