En estos últimos años, el combustible diésel está sufriendo una caída en picado. De hecho, según los últimos datos, el volumen de ventas de las mecánicas diésel en 2017 únicamente llega al 38% de la cuota, mientras que hace tan solo 2 años alcanzaba el 70%.
Asimismo, si tenemos en cuenta que cada vez son más los países que estipulan normas más estrictas para poner freno a las emisiones contaminantes de los coches de gasóleo, vemos que su fabricación y comercialización se ve más perjudicada que nunca. Sin duda, una realidad que prevé un futuro realmente incierto para este tipo de vehículos.
Algunas de las compañías fabricantes de automóviles con más peso en el sector han decidido poner fin a la producción de coches con este combustible dentro de pocos años años; buscan decir adiós al diésel definitivamente.
Renault , por ejemplo, es una de las marcas que ha decidido iniciar este camino, reduciendo su inversión tecnológica en diésel. Intentan dar prioridad a otras áreas de la industria del motor y dedicar recursos a crear modelos más ecológicos. Así, han empezado por dejar de ofrecer versiones diésel en sus modelos urbanos.
Toyota , por su parte, también se ha unido a la causa, marcándose el objetivo de conseguir que sus vehículos generen cero emisiones y no solo eso, sino que también espera llevar esta meta a las fábricas y líneas de montaje de alguno de sus modelos, como el Mirai, tal y como nos confirmaban sus responsables en esta entrevista exclusiva.
No obstante, aunque estas hayan sido las compañías que más se han pronunciado al respecto en estos últimos días, no son las únicas que se comprometen a abandonar el diésel. Por ejemplo, Volvo y Mercedes Benz aseguran que se centrarán más en los híbridos y eléctricos a partir de 2019; BMW facilita la devolución de determinados vehículos de gasóleo; el grupo Fiat-Chrysler suprimirá estas mecánicas en sus modelos familiares…
Estas iniciativas que llevan a cabo los fabricantes de la industria, en parte, han sido fomentadas por las decisiones que han tomado los diferentes gobiernos internacionales. La mayor parte de ellos coincide en que hay que proteger la calidad del aire en las grandes ciudades.
Los alemanes, por ejemplo, ya han dado el primer paso para acabar con la circulación de los vehículos diésel en sus ciudades, otorgando a los diferentes ayuntamientos la capacidad de vetar estos automóviles sin necesidad de que se promulgue una ley federal para ello. Tienes toda la información en el recuadro bajo estas líneas.
No son los únicos. Países como Italia, Francia o Bélgica también han decidido que prohibirán la circulación de los coches diésel: en 2025, será imposible verlos en las calles.
El Parlamento de la Unión Europea lleva años observando las emisiones de óxido de nitrógeno y CO2. Precisamente, en 2015 crearon una Comisión, compuesta por 45 miembros, que estudiaría las diversas irregularidades y elaboraría un informe sobre las emisiones en el mundo del automóvil.
Tras hacerlo, observaron que la situación era grave. Por ello, desde el Parlamento han empezado a proponer una serie de medidas que buscan ser más efectivas, recoge Autobild.es. Entre ellas, destacan: