Ferrari ha hecho la llamada a revisión más numerosa de los últimos años. Más de 2.000 unidades tendrán que acudir al taller por riesgo de incendio. Ferrari North America ha detectado que existe un problema en uno de los componentes de sus vehículos. Hace unos meses tuvieron que realizar otra revisión similar, aunque en aquella ocasión fueron 582 unidades revisadas del Ferrari GTC4Lusso y Ferrari GTC4Lusso T.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras americana (NHTSA, por sus siglas en inglés) alertaba de la posibilidad de un fallo en los depósitos de carburante. Este problema de fabricación hace que se puedan agrietar, provocando una fuga de vapores de gasolina. Un problema grave que puede acabar en incendio. Este defecto ha sido localizado en la fabricación del componente por parte de un proveedor externo, al que se le ha puesto solución.
Los propietarios de Ferrari fueron los primeros que alertaron en los concesionarios de las fugas de combustible que sufrían. Este fallo se ha detectado en los Ferrari 488 (GTB, Spider), Ferrari 812 Superfast, Ferrari GTC4Lusso y algunos Ferrari LaFerrari Aperta.
El defecto de fabricación se ha subsanado en las líneas de producción, pero 2.150 unidades que se encuentran en Estados Unidos deberán ser revisadas.
Los sensores y controles del coche detectan la fuga de combustible, muestran un indicador de fallo motor y un mensaje que indica la necesidad de acudir al servicio oficial. Como es habitual, al tratarse de un defecto de fabricación, los componentes defectuosos serán sustituidos sin coste alguno para el propietario.
Ferrari no se libra de los fallos. Tiempo atrás existía la leyenda urbana que apuntaba a los posibles incendios de los vehículos italianos. Aunque no ha sido la única que ha sufrido este mal. También se han visto en Lamborghini y, últimamente, McLaren.
El fuego es el mayor enemigo de los vehículos de altas prestaciones. Se exponen a las altas temperaturas que alcanzan sus mecánicas y las respuestas que se piden en sus motores. Sin embargo existen seguros y garantías para que si nos ocurre algún percance de este tipo minimizan el daño que nos pueda ocasionar.
Los fabricantes de automóviles trabajan durante años en el diseño y desarrollo de sus vehículos. Sin embargo, no escapan a posibles defectos de fabricación. Ahí es cuando aparece la garantía.
Nuestro país cuenta con ciertas exigencias legales que pueden llegar a obligar al fabricante a cambiar la unidad o devolver el importe total al comprador. Incluso, a veces, las menos, a indemnizar al cliente.
Es casi imposible encontrar un coche en el mercado realizado por una única empresa. Casi todos los coches que se venden se realizan con cientos, a veces miles, de proveedores que pueden fallar. Y fallan.
Las compañías no pueden desarrollar y fabricar todas las piezas que tienen sus coches. Esto sería inviable. Por ello, subcontratan a otras compañías para la fabricación de diferentes componentes.
Por ejemplo: los asientos, los airbags, los cinturones o los sistemas de infoentretenimiento. Y, todos estos componentes, disfrutan de la misma garantía del vehículo.