1 de cada 5 vehículos es rechazado por estos motivos en la primera inspección.
Tener tu coche a punto siempre es una necesidad por motivos de seguridad, en primer lugar, y en segundo porque no podrías pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). De no tener aprobada la ITV, tu coche puede ser inmovilizado en un control y te enfrentarás al pago de una multa de 500 euros (sin retirada de puntos).
Muchos conductores creen que en la primera inspección el coche no presentará defectos que resulten en una prueba negativa. Pero este exceso de confianza se puede pagar caro y lo hace siempre con los mismos errores. Según la DGT, hay 4 fallos comunes que se repiten año a año en cada prueba negativa de la ITV y son estos:
Luces y señalización
Aproximadamente, un 24% de los fallos leves que se registran en la ITV son defectos en los faros y la señalización (intermitentes). Una revisión rápida de bombillas y ópticas antes de la prueba evitaría muchos problemas.
Ejes, neumáticos y suspensión
De ellos depende la estabilidad y agarre del vehículo a la calzada. Es frecuente ver neumáticos desgastados o con una presión inadecuada o un mal ajuste de los amortiguadores. Un 22% de los conductores que pasan la ITV al año registran este tipo de problemas.
Frenos
Un 15% de los conductores presentaron defectos en su sistema de frenado. Se trata de una cifra preocupante en lo que respecta a la seguridad. Para evitar problemas, revisa que el pedal de freno no esté ni demasiado duro ni blando, que el sistema no pite o chirríe cuando se presione el pedal o que este no vibre.
Exceso de emisiones contaminantes
Por último, y no menos importante, en el 13% de los vehículos se detectan más emisiones de gases nocivos de las habituales. Para evitar un resultado negativo por este error, revisa antes el estado del tubo de escape y haz una limpieza del mismo, si es necesario, acelerando un poco por encima de la revoluciones en tercera o cuarta marcha.