Son muchos los conductores que se deciden a contratar un seguro a todo riesgo para prevenir posibles problemas futuros. Sin embargo, en la mayoría de los casos pasan los años y no se da ningún parte de responsabilidad, no solo por haber estado inmerso en un accidente, sino para reparar los pequeños golpes que uno puede dar al aparcar o al girar en un espacio estrecho. Según Acierto.com, 7 de cada 10 conductores con este tipo de seguro no llegan a amortizarlo mientras los tienen.
Una opción por la que muchos usuarios se decantan es la de contratar un seguro a todo riesgo con franquicia. Esto significa que uno está cubierto ante todo tipo de problemas, aunque una primera parte del coste total de la reparación la afronta él.
El coste del seguro dependerá de la cuantía de la franquicia contratada. Mientras más alta sea más económico será el seguro a todo riesgo. El coste medio de la franquicia contratada es de 186 euros, y la factura media de un seguro con franquicia es de 454 euros. La cuantía media del seguro a todo riesgo llega a los 1.037 euros, o lo que es lo mismo, un 128,8 % más.
Según señala Acierto.com en su estudio, con estas cifras, para que un seguro a todo riesgo resulte rentable necesita entregar al menos 3 partes al año de culpabilidad si se compara el coste con el que tiene franquicia. Y si continuamos analizando encontramos que el 67 % de los contratantes no dan un solo parte en 5 años, por lo que no lo aprovechan su contrato ni siquiera para arreglar los pequeños desperfectos de carrocería. Esto supone que el conductor podría haberse ahorrado más de 2.250 euros si hubiera contratado un seguro con franquicia.
Si nos fijamos en el perfil de los asegurados, son los más mayores, los de más de 60 años, los que más contratan el seguro a todo riesgo y eso que son los que menos kilómetros de media realizan al año, con unos 8.400 kilómetros.