Audi no se conforma y quiere continuar con su posición de dominio. Para ello, se ha propuesto seguir colonizando nuevos nichos y aumentar su cuota de mercado. Según la estrategia que ha desgranado en su conferencia anual de resultados, sus planes pasan por la renovación de algunos de sus modelos estrella a corto plazo, la entrada en nuevos nichos con dos nuevos SUV, con los nuevos Audi Q4 y Audi Q8; y nuevos modelos eléctricos que aterrizarían en 2020.
Pero no todo queda ahí. No pierden de vista las tecnologías del futuro y han creado una nueva filial, que han bautizado como Autonomous Intelligent Driving GmbH, para la creación del primer vehículo autónomo y en la que también participan el resto de marcas del Grupo Volkswagen. Además, durante la presentación, dejaron abierta la posibilidad a que otras empresas pudieran entrar. Y ya anunciaron que la próxima generación del Audi A8 tendrá una conducción autónoma de estadio 3 hasta un máximo de 60 km/h.
A lo largo de este año llegará la nueva generación del Audi A8, que acompañará a la expansión de los Audi Q2, Audi A5 y Audi Q5 que aún no han completado el programa de desembarco en los mercados, especialmente el primero de los SUV, pues al ser un nuevo nicho cuenta con un programa especial de presentación en cada país.
Con vistas al próximo año, en 2018 lanzarán la nueva generación del Audi A7 Sportback y el nuevo Audi Q8, un SUV de gran tamaño y talante deportivo que ya se presentó en el Salón de Detroit. Solo un año después, en 2019, se lanzará un nuevo modelo, el Audi Q4, que se posicionará como la versión deportiva del Audi Q3, mientras que para el 2020 queda la llegada de tres nuevos modelos eléctricos de los que, por el momento, poco se sabe del tamaño que tendrán ni el segmento en el que competirán. Lo mismo sucede con el aterrizaje de los primeros modelos con conducción autónoma, aunque en la conferencia se indicó que ya ha formado en esta tecnología a unos 6.000 de sus trabajadores.
La firma alemana se ha propuesto seguir escalando posiciones en el mercado, con presencia en nuevos nichos y una mayor cuota de mercado. Y llevan una excelente dinámica de los últimos años, en 2016 aumentaron sus ventas un 3,6 %, para un totalizar 1.867.738 automóviles, por los 1.803.246 que consiguió en 2015.
Audi goza de buena salud, según se pudo entender de los resultados que presentaron. En 2016, el beneficio operativo antes de las partidas especiales alcanzó los 4.846 millones de euros, por los 5.134 millones que obtuvo en 2015. Estas partidas especiales fueron de 1.632 millones de euros que se invirtieron en solventar el problema del motor V6 3.0 TDI diésel en Estados Unidos que se vio afectado por el ‘dieselgate’, y 162 millones para solucionar el defecto potencial de los airbags Takata.
Así, los beneficios de Audi antes de impuestos quedaron en 3.047 millones de euros. Entre otras, supone que los trabajadores de sus plantas de Ingolstadt y Neckarsulm percibirán un bono medio de 3.510 euros (en 2015 fue de 5.420 euros), una cifra que variará según los acuerdos salariales de cada planta.
La dirección de la compañía trabaja también en recortar gasto en sus procesos de producción. Para ello creó en 2016 un nuevo paquete de medidas que ha denominado ‘Speed Up’ con el que “continuaremos incrementando sistemáticamente nuestra eficiencia en procesos y costes en 2017, y conseguir los objetivos de rentabilidad y a establecer los fundamentos necesarios para el camino de innovación e inversión que nos hemos marcado”, según señaló Axel Strotbek, miembro del Consejo de Dirección para Finanzas e IT de AUDI AG.