Cuando uno va a una lectura de un testamento, acude creyendo saber todo lo que se puede encontrar, otra cuestión es que esté de acuerdo con el reparto. Sin embargo, también hay margen para la sorpresa, con enseres u objetos que repentinamente salen a la luz y que nadie conocía. Aunque pocas veces la sorpresa se puede comparar con la que se encontraron los familiares de Larry Schroll, quien atesoraba una colección de más de 50 coches clásicos en Pennsylvania que ahora han vuelto a ver la luz.
Aquí se pueden contemplar un buen compendio de los coches más importantes de la historia de la industria estadounidense, la mayoría en estado original. Sin embargo, a pesar de su gran valor, no han sido cuidados como merecen y algunos de ellos han sufrido las inclemencias de la humedad y la oxidación hasta el punto de que se pueden ver carrocerías sin pintura e interiores podridos.
Aunque no todos han sufrido de igual manera los rigores del paso del tiempo. También hay sorprendentes excepciones que mantienen su aspecto original y su interior muy bien cuidado.
Estos vehículos pronto saldrán a subasta de la mano de Rentzel Auction Service aunque antes los podremos ir descubriendo de la mano de Matt Murray y su canal de Youtube IronTrap Garage en el donde se muestra cómo el presentador va descubriendo los modelos del garaje y el estado en el que se encuentran.
La colección que Larry Schroll atesoró se puede considerar como una excelente representación de la historia de Estados Unidos. Dispone de una buena ristra de modelos de Ford: Model T del año 1922, Model A, Thunderberd y varias unidades del Mustang, a los que acompañan, por ejemplo, un Plymouth Coupé de los años 50, un Dodge Hornet del 59, un Chevrolet Corvette de los 70, varios modelos de la era de los Muscle Car, dos Lincoln Continental (de 1962 y 1972), un Chevrolet Imperial, un Mercury de los 70 y un extraño Gremlin X.
Pero también había hueco para modelos europeos con varios Volkswagen Escarabajo y un Renault 8. Se pueden ver hasta modelos customizados de estilo hot-rod que serán del gusto de quienes aprecien este tipo de modificaciones de coches antiguos.
Además, también contaba con numerosas piezas de recambio para los coches, algunas acumuladas en cajas encima de los propios coches. Sin embargo, sí que tuvo cuidado de retirar las baterías para que no se sulfataran los bornes.