Adiós al impuesto al diésel… y a la polémica reforma de la ley de Tráfico con el adelanto electoral.
La actual legislatura tiene fecha de caducidad. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado nuevas elecciones generales para el 28 de abril. Este adelanto electoral supone el fin al impuesto al diésel que lleva planeando desde el pasado verano así como con la reforma de la ley de Tráfico que pretendía aumentar las sanciones por el uso del móvil, entre otras.
El rechazo al proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2019 el pasado miércoles ha desencadenado este adelanto electoral, que deja en el aire los planes del gobierno para este año. Así, será el próximo ejecutivo el que tenga que decidir qué hacer con este tema que ya fue sugerido desde Europa y que en otros países de nuestro entorno se está haciendo.
Impuesto al diésel
Fue el 11 de julio cuando la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, señaló que “el diésel tenía los días contados”. Poco después se anunciaba la intención del Gobierno de aumentar los impuestos del diésel. El objetivo era igualarlos a los que soporta la gasolina (el diésel soporta un 48 % de tasas mientras que la gasolina tiene alrededor del 52 %) e incluso prohibir su venta en 2040.
Estos anuncios, que no estuvieron acompañadas de medidas concretas, pronto hicieron saltar las alarmas de los usuarios. Hasta entonces, el diésel copaba el mercado con más de un 65 % de ventas mensuales y de los profesionales, por la fuerte subida de costes que tendrían en el desarrollo de su actividad.
Desde el Gobierno se señaló que el incremento del precio sería de unos 3,5 céntimos y que esta subida se aplicaría por etapas y nunca de golpe. Aun así, se mantuvo el descontento sobre un impuesto que no se ha llegado a aprobar, aunque sí ha provocado mucho ruido mediático.
Ante esto, decidieron incluirlos en los Presupuestos Generales del Estado de 2019, que se presentaron el miércoles, aunque no pasaron el filtro del Parlamento tras ser rechazados por Partido Popular, Ciudadanos, Partido Democrático de Cataluña y Esquerra Republicana. Así, tendremos elecciones y la actividad parlamentaria se detiene.
Cambios sobre Tráfico en el aire
No son pocos los cambios que pretendía introducir la DGT en la actual normativa de Tráfico. Uno ya es efectivo, la reducción de la velocidad máxima en carreteras secundarias, que a finales de enero se redujo a 90 km/h. Este es inamovible, a no ser que el próximo Ejecutivo tenga nuevos planes al respecto. Sin embargo, hay otras medidas que quedarán a la espera de que se forme el nuevo gobierno.
Uno de los principales caballos de batalla que tiene la entidad dirigida por Pere Navarro está en el uso del móvil al volante. Deseaba incrementar la sanción y la resta de puntos (6 puntos) de manera que se igualaría a la de un positivo en un control de alcoholemia o drogas.
Entre las novedades que se querían introducir estaba la rebaja a 111 km/h de la imposición de sanciones económicas (300 euros) y resta de puntos (3 puntos) para quienes superaran el límite de velocidad. Además, no llevar a los niños en un sistema de retención de forma adecuada elevaría la detracción de puntos de 3 a 4 puntos y una multa de 200 euros.
Otro punto en el que quería intervenir la DGT son los cursos de formación. Deseaba elevar la duración de estos cursos de 12 a 15 horas lectivas para recuperar 8 puntos y no 6 como hasta ahora.
Otros cambios en el horizonte
La DGT no se ceñía solo a los cambios en la actual ley de Tráfico, también quería regular algunos casos sobre los que existen lagunas. Así, el patinete eléctrico, que el año pasado ya causó 5 víctimas mortales, iba a tener un marco normativo propio. Pretendía fijar en 30 km/h la velocidad máxima así como regular las edades de los usuarios que lo podían conducir y los lugares por los que podían transitar.
El último de sus planes estaba en el aumento del número de radares que hay en nuestro país para igualar nuestras cifras a las que tienen otros países como Francia donde hay 4.000 o el Reino Unido con 7.200.