Todos sabemos que un Dodge Challenger SRT Hellcat no es suficiente, y por eso nació el Demon. Sin embargo, Dodge ha tratado de acercar ambos mundos con un producto intermedio que mezcla lo mejor de cada casa, se llama Dodge Challenger SRT Hellcat Widebody y será tu nuevo ‘muscle car’ favorito.
Realmente la novedad en este Hellcat es, como dicta su nombre, un kit de ensanche que genera una imagen más bruta. Gracias a los pasos de rueda cogidos directamente del Demon, la anchura de la carrocería pasa a unos más que exagerados 2,01 metros. El utilitario prototipo.
La mayor anchura llega acompañada de una imagen refrescada, más musculosa. Culpa de ello la tiene un capó con prominentes entradas o las ópticas delanteras con tomas de aire, una solución que ya hemos visto en el Demon.
Por su parte, la calandra es de nueva factura, presume de nuevos logotipos y, además, recibe el mismo splitter delantero que su hermano mayor. Pocos son los detalles que lo diferencian del Demon… salvo la potencia.
No obstante, para el día a día los 707 CV del SRT Hellcat parecen más que saludables, y por eso Dodge no ha retocado la mecánica V8 de 6,2 litros, capaz de acelerar el conjunto de 0 a 96 km/h en solo 3,4 segundos. En términos de distancia, recorre el cuarto de milla en 10,9 segundos, menos que los Hellcat convencionales.
La mejora en prestaciones deriva directamente de la monta de neumáticos, aprovechando el mayor ancho de vías. Los neumáticos los recoge del Demon, unas gomas de 305 mm de sección en ambos ejes adheridas a unas llantas de 20 pulgadas y nuevo cuño.
Como bien comprenderás, no verás ninguno de estos por España, un deportivo extremo dedicado a las carreras de aceleración que en Estados Unidos tiene una tarifa de 72.590 dólares. No sustituye al Hellcat convencional, por aquello de si la estética extrema no va contigo.