Otra de sus puntos fuertes es que cumple con la norma de diésel DIN EN 590, por lo que se puede calificar como combustible estándar y usarse sin problema en todos los motores de este carburante sin necesidad de modificarlos. Así, Volkswagen lo recomienda para flotas de vehículos que recorran una gran cantidad de kilómetros a lo largo del año.
La superación satisfactoria de estos test abre una oportunidad de comercialización de este diésel respetuoso con el medio ambiente. Al mismo tiempo, surge como contraposición a las leyes anti diésel que preparan muchos de los gobiernos europeos para reducir su nivel de emisiones en las grandes ciudades europeas.
Los empleados de Volkswagen han sido los encargados de probar el nuevo combustible, que se suministra desde enero de 2018 en una estación de servicio de Wolfsburgo, en Alemania. Además del recorte sustancial del nivel de emisiones, el litro de este diésel se podría abaratar hasta en un 20% según la marca, gracias al uso de desechos biológicos.
El nuevo carburante ha sido desarrollado conjuntamente entre Volkswagen y la Universidad de Coburg, además de otros socios. Actualmente, proveedor es Shell Global Solutions en colaboración con Tecosol y Neste, todos ellos empresas que ofrecen combustibles certificados por las normas europeas.
El R33 BlueDiesel sigue suministrándose en la estación de Wolfsburgo, además de en la factoría que la marca tiene en Salzgitter. Aunque aún no hay una fecha de salida al mercado, el próximo paso del proyecto es ofrecer el carburante en más estaciones de servicio y comenzar así a satisfacer una demanda de combustibles líquidos a partir de sustancias residuales, que prevén será alta en el medio plazo.