Esta es la nueva normalidad en la que trabaja la DGT.
Son muchas líneas en las que trabaja la DGT para cambiar las normativas de movilidad y transporte en nuestro país. Sin embargo, la pandemia y el regreso a la normalidad nos ha llevado a una situación y una manera de movernos que difícilmente podíamos imaginar. El organismo regido por Pere Navarro ha tomado nota y ya trabaja en una nueva serie de cambios, limitaciones y recomendaciones para los usuarios.
1. Nueva movilidad en ciudad
La intención de la DGT es la de aumentar las calles peatonalizadas y dificultar la movilidad en vehículo privado por el centro de las ciudades para que los ciudadanos utilicen más el transporte público.
Para refrendar esta iniciativa pone como ejemplo a Pontevedra, una ciudad que en 1999 comenzó a retirar ventajas al coche privado hasta el punto de que el 70 % del espacio público es para los peatones, mientras que en las calles en las que peatones y vehículos coexisten, el límite de velocidad se ha reducido a 10 km/h. La ciudad gallega presume de no tener una víctima mortal de tráfico desde hace 9 años.
Otro ejemplo para la DGT es el de Vitoria. En mayo presentó un plan para mejorar la movilidad de la ciudad que incluye 8,5 km de aceras ampliadas, 8 km más vías ciclistas y hasta 88 calles con un límite de velocidad de 20 km/h a lo que sumará la creación de supermanzanas. La implantación será en tres años.
2. Prioridad para peatones
La peatonalización no siempre es posible, pero sí se le pueden dar privilegios al viandante por delante del coche. Así, las calles señalizadas como S-28 otorgarán la prioridad en el paso a los peatones, que podrán ocupar toda la calzada, mientras que la circulación de vehículo estará limitada a 20 km/h.
Así serán las supermanzanas, ya referidas en el epígrafe anterior, donde se restringe el acceso a vehículos, con la posibilidad de que solo puedan acceder vehículos de transporte para carga y descarga y de residentes que quieran acceder a sus garajes particulares. El principal beneficio de esto es la reducción de la contaminación.
Según informan desde la DGT, ciudades que han implantado este modelo con éxito serían Barcelona, Valencia y Las Palmas.
3. Reformular nuestras calles
Desde la DGT recuerdan cómo cambió el comportamiento de los peatones en las primeras fases de la desescalada, con un buen número de ciudadanos circulando libremente por las calzadas, no solo por las aceras, para mantener la distancia de seguridad, tomando posesión de un territorio hasta entonces limitado al automóvil.
Ahora se plantean aumentar el espacio para los peatones, más allá de las aceras, algo que se conseguiría repintando las calles, por lo que su coste sería mucho más económico.
4. Reducir la velocidad media
En su informe, la DGT asegura que la velocidad media de circulación en nuestras calles no ha cambiado en los últimos 100 años: se mantiene en 15 km/h, independientemente de las limitaciones de cada. Así, entienden que habría que reducir la velocidad máxima de 50 km/h a 30 km/h, y posteriormente a 20 o 10 km/h si fuera necesario.
Y ponen especial énfasis en la diferencia de daños que sufre el peatón en un atropello a 50 o a 30 km/h, además de la capacidad de respuesta de un conductor y el recorrido de la frenada, donde a veces está la diferencia entre golpear o no a quien se haya cruzado.
Argumentan sus intenciones con datos. En 2018, el 81 % de los fallecidos en accidentes en ciudad eran usuarios vulnerables, y la mitad de ellos peatones. Y, de estos, el 71 % eran mayores de 65 años.
5. Importancia del uso de la bicicleta
La presencia del virus aún ha llevado a muchos a prescindir por un tiempo del transporte público en desplazamientos cortos, que ahora realizan en bicicleta. Así, si según la DGT antes en torno al 22 % de la población montaba en bici de forma semanal, y mayormente con uso recreativo, ahora este porcentaje se ha incrementado (los informes de uso de bicicletas compartidas de las ciudades así lo atestiguan).
Además, desde el sector se han informado de que el incremento de las ventas se sitúa entre el 30 y el 50 % según zonas y tipos de bici, algo a lo que ha ayudado la disposición de ayudas a las ventas de bicicletas eléctricas como sucede con los ayuntamientos de Madrid y Valencia o la Generalitat de Cataluña.
6. La importancia del transporte público
Sin duda ha sido el gran perjudicado durante la pandemia. En Madrid se habla de que en algunos momentos del día el número de usuarios ha bajado entre el 60 % y el 80 % por el miedo a nuevos contagios. Esto para la DGT es un problema pues es el medio que pretende que recoja buena parte de los viajes que los usuarios no deberían hacer con sus vehículos particulares.
Así, desde el ente esperan que aunque los ayuntamientos y comunidades estén haciendo todo lo posible por mantener la limpieza y desinfección de los metros y autobuses, aumenten su frecuencia de paso para que los usuarios puedan viajar manteniendo las medidas de seguridad.
7. Flexibilizar el trabajo
Aunque este no es un campo que esté en manos de la DGT, pide una mayor flexibilidad horaria para los trabajadores, para que no todos acudan a la misma hora a su puesto y puedan sortear así las horas punta de máxima concentración de personas en el transporte, al tiempo que cree que una medida para evitar nuevos contagios sería el teletrabajo.
Sin embargo, entienden que no se pueden desentender del modo en el que sus empleados se tienen que desplazar por lo que, entre otras medidas, solicitan que se aumente la oferta de plazas de aparcamiento de bicicletas ante el auge de esta movilidad.
8. Movilidad multimodal
La presencia de tantas opciones de vehículo compartido o de alquiler por minutos está cambiando la manera de desplazarse. Así, aunque estemos acostumbrados a realizar determinados viajes en nuestro coche particular y solo veamos al metro o el autobús como alternativa, existe la opción de realizar una parte de nuestro desplazamiento bicicleta, monopatín o coche de carsharing para llegar a nuestro destino, todo con su correspondiente ahorro de tiempo.
9. ¿Y el vehículo particular?
Hay recorridos en los que la mejor opción sigue siendo nuestro vehículo particular, a pesar de las alternativas de movilidad que podamos encontrar, por lo que no solo debe haber un único modelo pues son muchas las realidades diferentes que se pueden encontrar en nuestras ciudades.
Así, desde la DGT se hacen eco de las palabras de Anfac en donde señalan que “el reto principal del automóvil es atender a las demandas sociales, mejorar la calidad de vida de las personas y cumplir los objetivos de descarbonización, electrificación, conectividad y autonomía“.
10. Transporte a demanda
Hay zonas en las que las líneas regulares de transporte de pasajeros han dejado de existir por la falta de beneficios para las empresas que las habían dispuesto. Esto ha hecho que, además del coche compartido, usuarios se pongan de acuerdo para compartir coche en trayectos habituales, dejando así alguno de sus vehículos en casa; hayan surgido líneas de transporte a demanda.
Esto significa que son vehículos de alta capacidad que no tienen regularidad en sus horarios ni en sus días en oferta, y que solo se realizan cuando hay un grupo de personas que lo desea realizar. Su funcionamiento es similar al de un taxi aunque para más gente, la cual no tiene por qué conocerse anteriormente.