Los coches camuflados privados con radar serán una realidad en Francia a partir del 1 de noviembre. Una medida que, aunque no ha sentado demasiado bien a los usuarios de las vías de nuestro país vecino, supondrá que coches particulares incorporen estos aparatos en su parte delantera para “cazar” a otros usuarios infringiendo las normas de velocidad.
Estos vehículos, que alcanzarán una cifra de 400 unidades por todo el país galo, no tendrán distintivo alguno que los identifique y sustituirán a los vehículos utilizados por la gendarmería para tales efectos, con el fin de que los agentes franceses se dediquen a otros menesteres más “importantes” en un país que se encuentra en estado de emergencia desde los atentados en París de noviembre de 2015.
Esta medida, que podríamos tachar de impopular, finalmente no será utilizada en nuestro país, según el diario ABC a partir de fuentes de la propia Dirección General de Tráfico. Es más, la DGT afirma que “en ningún momento” ha existido esta posibilidad.
Según el propio ABC, otras asociaciones relacionadas con el automóvil como el RACE opinan que esta iniciativa vulneraría el artículo 88 de la Ley de Tráfico, Vehículos a Motor y Seguridad Vial, donde se recoge la presunción de veracidad de las sanciones emitidas por los agentes de tráfico.