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Detienen a 32 personas por robar coches y venderlos por piezas o modificados por valor de 2,5 millones de euros

Se han recuperado 51 coches y piezas de 300 coches robados

La Guardia Civil ha concluido con éxito la operación ‘Aros Plata’ por la que ha detenido a 32 personas acusadas de robar coches en la Comunidad de Madrid y Castilla La Mancha y venderlos por piezas o modificados en Alemania y Polonia. Se han recuperado 51 vehículos y piezas de otros 300 por valor de 2,5 millones de euros.

Esta operación se ha realizado en colaboración con la Policía Federal Alemana ‘Bundespolizei’, la policía de la República de Polonia ‘Policja’ y la Europol. Los detenidos tienen entre 19 y 64 años y son de nacionalidad española, polcada, ucraniana, búlgara, marroquí, dominicana y peruana.

Clan familiar

La organización estaba dirigida por un clan familiar de origen polaco con estructura piramidal, según apunta la Guardia Civil, con varios brazos operativos que no se conocían entre ellos. Se le imputan delitos de pertenencia a organización criminal, delito continuado de robo de vehículos, estafa, falsedad documental, usurpación de inmuebles y delitos contra la Seguridad Vial.

Se han realizado hasta 22 registros en  Madrid, Valdemoro, Parla, Loeches, Velilla de San Antonio y Toledo: Illescas, Casarrubios del Monte, Yuncos, Borox, Numancia de la Sagra y Ocaña donde se han recuperado 51 vehículos y piezas de otros 300 todos de gama media alta. Todos los miembros contaban con antecedentes policiales en España, Francia, Alemania y Polonia.

Documentación falsa

El operativo se inició tras detectarse el envío de piezas de vehículos a Europa desde una compañía de transportes con sede en Polonía bajo documentación falsa y a horas muy tempranas en días festivos, utilizando vías de gran afluencia de vehículos (autovías y autopistas) y pasando las fronteras en altas horas de la madrugada.

Pronto descubrieron que utilizaban empresas pantalla y que estos movimientos estaban organizados desde un grupo familiar. Para los robos se empleaba tecnología punta para, entre otras, burlar los sistemas de seguridad de los fabricantes.

Así, según informa la Guardia Civil, se servían de clonadores de llaves electrónicas para la apertura de cierres y para arrancar los coches. También podían acceder a las centralitas para efectuar el robo en el menor tiempo posible y sin dejar pistas. Además, se les consideraba una banda peligrosa pues tenían orden de no detenerse aunque fueran sorprendidos en pleno robo, lo que puso en riesgo a particulares en más de una ocasión.

Los vehículos sustraídos eran despiezados para venderlos por varios países europeos aunque también se modificaban para venderlos a mafias que operaban en el sur de España dedicadas principalmente al tráfico de hachís.

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