No aprendemos. Por muchas campañas de concienciación y vigilancia que emprenda la DGT, la Guardia Civil de Tráfico y las autoridades locales, no cesan de aparecer noticias de este tipo. La Policía de Gandía (Valencia) detuvo anoche un vehículo tras ser avisado por los vecinos de su manera de circular errante.
Al darle el alto, el conductor presentó evidentes síntomas de embriaguez. Se le realizó la prueba de alcoholemia. Y se detectó un nivel de 1,32 mg por litro de alcohol aspirado. Eso supone quintuplicar el límite que permite la legislación actual. Pero fue esa su única gesta. Detrás de sí había dejado un reguero de vehículos, motos y mobiliario urbano dañado contra el que había ido invistiendo en su ruta.
En las fotos se pueden ver el modo en el quedó el turismo que conducía. Y cómo se encontraron el resto de vehículos contra los que se fue estrellando. El hecho se ha dado a conocer en las redes sociales a través de la cuenta oficial de la Policía Local de Gandía.
Directo al juzgado
La inconsciencia del conductor no solo atañe a los daños que podía haber causado a alguna persona que se le hubiera cruzado por su camino o a los que causó en otros vehículos. Al superar los 0,6 gramos de alcohol por litro su caso se tramita directamente en el juzgado.
Las penas a las que se expone varían entre los 3 y los 6 meses de prisión,entre treinta y noventa días de trabajos a la comunidad y la prohibición de conducir coches y motos por un periodo que va de uno a cuatro años. Eso sin contar la multa económica que se le podría imponer.
Además, en este tipo de casos, las compañías aseguradoras tienen potestad para no asumir los daños efectuados ni en el vehículo del asegurado ni en los demás vehículos y mobiliario urbano con los que chocó.