Llega el verano y comienzan las vacaciones. Los desplazamientos en carretera son una constante en está época. Seas más de playa o montaña, coger el coche es casi un hábito cada año. De hecho, se esperan cerca de 90 millones de desplazamientos en estas semanas; el 70% de ellos de larga distancia. Entre julio y septiembre, los conductores españoles recorrerán de media alrededor de 1.000 kilómetros y más de un 15% superará los 4.000 km. La Operación salida ya está en marcha desde hace días.
Sin embargo, a pesar de que una cuarta parte de los conductores reconoce coger el coche después de haber bebido alcohol, también hay otra asignatura pendiente importante en los españoles. Hablamos del descanso. Según recoge el estudio Hábitos de conducción 2018, elaborado por el Observatorio Español de Conductores – DUCIT sobre una muestra de 3.000 personas, el 74% no para lo recomendado. Además, el 14% reconoce que, cuando hace un viaje largo, no se toma ningún descanso.
En el mismo estudio se recoge que la fatiga es la cuarta causa de siniestralidad mortal en las carreteras españolas. Viajar cansado, no hidratarnos correctamente o llevar muchas horas al volante aumentan las probabilidades de sufrir un accidente. Un riesgo innecesario ya que, como demuestran diversos estudios, se puede evitar adoptando hábitos adecuados al volante.
La fatiga se manifiesta con síntomas como la perdida de concentración; picor de ojos o visión borrosa; parpadeo constante; necesidad de moverse en el asiento, deshidratación y somnolencia. Sus consecuencias son una pérdida de atención en lo que sucede en la carretera; así como un aumento del tiempo de reacción ante un obstáculo de un 86%. Por tanto, parar cada dos horas es un básico en los viajes. Aprovechar para estirarse y beber un refresco para hidratarnos correctamente mejora la atención del conductor, según han comprobado varios estudios.
También hay que tener cuidado con la postura que se adopta cuando se va al volante. El RACE y la Asociación de Bebidas Refrescantes, ANFABRA, con el apoyo de la DGT, pusieron en marcha hace 13 años la campaña de seguridad vial, Un refresco, tu mejor combustible. Este año, en el marco de la iniciativa, se ha realizado un estudio en el que, mediante distintas pruebas de biomecánicas, muestran los efectos de la conducción prolongada y la postura en el cansancio físico y mental.
Las pruebas elaboradas por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBM) muestran que a partir de las dos horas de conducción se empiezan a detectar alteraciones en la visión, en los movimientos y en la toma de decisiones. La fatiga, una vez más, hace su aparición. Así, aparte de estirar cuando se realice un alto en el camino, es imprescindible mantener una correcta postura al volante. Unas recomendaciones que parecen sencillas; pero que, según demuestra el estudio, tres cuartas partes de los conductores no cumplen.