El consorcio automovilístico alemán, propietario de Mercedes-Benz , Maybach y Smart , entre otras marcas, está siendo investigado por la Oficina Federal de Transporte germano (KBA, por sus siglas en alemán). ¿El motivo? Supuestos problemas de emisiones de unos 600.000 vehículos; correspondientes a los modelos Clase C y Clase G de Mercedes.
Ya es la segunda vez este mes que Daimler se ve envuelto en estos problemas derivados de las emisiones de CO2. La semana pasada, la KBA exigió a la empresa que revisara el Mercedes-Benz Vito 1.6 litros Euro 6. Una llamada de atención con la que el grupo alemán cooperará, a pesar de estar en desacuerdo y anunciar que recurrirá a los tribunales “si es necesario”.
Dispositivos “ilícitos”
Esta doble llamada a la revisión de vehículos Mercedes-Benz viene motivada por el montaje de dispositivos “ilícitos” para manipular las emisiones, según informa el semanario alemán Der Spiegel.
Daimler, que asegura no haber recibido ninguna notificación formal por parte de la KBA en relación a los Mercedes Clase C y G, argumenta que los dispositivos se usan para garantizar la limpieza de gases de escape en diferentes condiciones y durante la vida útil del coche. El grupo, por lo tanto, ha confirmado que no realizará, por el momento, ninguna llamada a revisión de los vehículos.
Más limitaciones
Este nuevo toque de atención a una gran marca de automóviles alemana se produce tras otras recientes. Por ejemplo, el de Porsche; que acabó con registros e incluso la detención de su director de desarrollo Joerg Kerner. Y BMW, acusada de utilizar un software ilegal capaz de manipular los niveles de emisiones de sus vehículos.
El control de las autoridades alemanas sobre su poderosa industria del automóvil coincide también con la propuesta de la Comisión Europea de limitar por primera vez las emisiones de CO2 de los camiones; se ha puesto como objetivo conseguir una reducción del 15% hasta 2025. Una previsión que los fabricantes ya han calificado como “muy agresiva”.