SsangYong y Óscar Fuertes regresan junto al Dakar con ganas de protagonismo
El Dakar es una de las pruebas más difíciles del calendario automovilístico, probablemente la más dura para piloto y máquina. Nació como una aventura y ahora es una competición profesionalizada en todos los aspectos en la que SsangYong y Óscar Fuertes afrontan su tercera participación juntos.
Llegan con ganas de protagonismo con su nuevo SsangYong Korando DKR, con la intención de estar de forma habitual entre los veinte mejores de cada etapa. Para ello nos muestran su decálogo para hacerlo bien en la próxima edición del Dakar.
La importancia de la preparación física
El Dakar aterriza en la península arábiga por primera vez con un trazado de 7.500 km de los que 5.000 serán contra el cronómetro repartidos en 12 etapas. Y esto sin olvidar que se prevén máximas superiores a los 50º durante el día mientras que por la noche el termómetro bajará hasta los 10º.
Ante esto, Óscar apunta a que durante todo el año hace “un entrenamiento aeróbico, que intensifico en el segundo semestre, según se acerca la carrera. Estar preparado para la competición es crucial, porque nos esperan etapas muy largas, que exigirán mucho a nivel físico”.
Pilotar de forma inteligente
A pesar de que hay que marcar el mejor crono al final de cada etapa, el Dakar es una prueba de resistencia donde no siempre hay que ser rápido. Hay que saber reservar la mecánica y no fatigar demasiado algunas piezas y componentes para evitar roturas que te puedan hacer perder horas en el desierto o llevar al abandono.
Ante este hecho, el piloto de SsangYong apunta que “creo que, más que nunca, va a ser un rally por eliminación. El Dakar de este año va a ser muy largo y duro, tanto para las personas como para los coches”, y añade: “Va a ser muy importante mantener la cabeza fría, cuidar mucho el coche e ir lo más rápido que podamos sin arriesgar demasiado. Los errores se pagarán muy caros”.
La importancia de un buen copiloto
El piloto se dedica a conducir e intentar superar cada dificultad de la manera más apropiada, pero necesita de un buen navegante que sepa leer el roadbook en todo momento y le permita llegar a la meta, y todo sin perder el buen ambiente dentro del vehículo a pesar de las situaciones de tensión que genera la carrera.
No vale cualquiera para este trabajo. Óscar cuenta con Diego Vallejo desde hace tres años del que dice que “es uno de los copilotos más completos, ha participado en más de 300 carreras y tiene una experiencia importante en el Dakar”.
Por su parte, Diego Vallejo apunta que “sólo sabemos el lugar de inicio y del final de cada etapa, y a partir de ahí intentamos hacernos una idea de lo que nos vamos a encontrar. Es imposible preparar el recorrido. Por simple curiosidad miramos el terreno en internet, pero no sirve para mucho”
Hay que estar bien rodeado
Se necesita un buen equipo que no solo sepa reparar el coche sino que sea rápido y resolutivo ante situaciones que no se previeron. En el caso de Óscar, apunta que “el mérito habitualmente se lo lleva el piloto y el copiloto, pero detrás hay un importante grupo de personas: mecánicos, asistencia, personal de logística… que preparan el coche para que en todo momento se mantenga en las mejores condiciones de carrera”.
Un buen coche
No vale con tener un buen motor o ser rápido, sino que se necesita un coche robusto y preparado para superar todo tipo de dificultades. Tras el SsangYong Tivoli DKR y el SsangYong Rexton DKR, el equipo coreano acude al Dakar de 2020 con el SsangYong Korando DKR (en realidad una evolución “espectacular” del coche del año pasado).
Con este no solo quieren terminar, sino que quieren ser protagonistas del Dakar. Estar entre los 20 mejores de cada etapa.
La experiencia es un grado
El Dakar requiere de un conocimiento de la prueba, una experiencia del pilotaje sobre dunas y un hábito de conducir con cansancio y falta de sueño, a la vez que requiere de un gran entendimiento entre piloto y copiloto, tanto en la conducción y navegación como ante los problemas que puedan surgir en forma de averías mecánicas. “Cada Dakar entiendes mejor la carrera aunque nunca puedes considerarte un experto en este rally”, asevera Óscar Fuertes.
No vale solo con pilotar o navegar, también se requieren nociones de mecánica
El Dakar esconde mil y una trampas y la mecánica sufre en todo momento por lo que pueden aparecer averías que hay que saber solventar para continuar en carrera.
Y ponen un ejemplo: “El año pasado tuvimos que cambiar un palier en medio de las dunas. Fue un momento complicado. Tuvimos que hacer un apaño y de un palier hicimos tres. Corrimos así 300 kilómetros… y llegamos a meta. En el Dakar nunca sabes lo que te puede pasar: hay que estar preparado para cualquier cosa”, afirma Fuertes.
Buena puesta a punto
El vehículo necesita una buena puesta a punto para afrontar cada etapa y esto lo consigue con una buena preparación de cada etapa y unos componentes que le permitan resistir la dureza de la carrera.
No vale con ser un aficionado, hay que ser un verdadero apasionado a la competición
El Dakar es una prueba muy dura que te lleva al límite por lo que hay que ser un verdadero apasionado de la competición para no rendirte. “Hay veces que te preguntas en medio del desierto qué haces aquí, cuando ya casi no puedes más; pero puedo decir con seguridad que merece la pena seguir y volver”, apunta el piloto de SsangYong.
Un punto de fortuna
El factor suerte tiene una gran importancia en una cita como el Dakar pues es la que te permitirá acabar en ocasiones una etapa o caer en una de las múltiples trampas que esconde la carrera y que dañen en exceso algún componente que impida seguir o sufrir. La suerte es muchas veces la diferencia entre seguir o abandonar.