Un estudio sobre la vulnerabilidad de los puestos de recarga ha determinado que existe un alto nivel de vulnerabilidad en estos dispositivos de carga. Además pueden llegara a causar una sobrecarga energética. Y por ende, daños a otros aparatos conectados a la corriente. Como si se tratara de piezas de dominó, también una caída de la red a la que se conectan.
Que estos cargadores privados cuenten con un acceso remoto aumenta la facilidad a la hora de ser hackeados. Para un experto en este campo valdría con entrar a través de la red wifi a la que el puesto de recarga se encuentre conectado, identificar la dirección IP del cargador y modificar la configuración del mismo. Bastaría con deshabilitarlo o modificar la cantidad de energía suministrada, pudiendo llegar a generar una sobrecarga. Dañar la batería o el sistema eléctrico del coche, además de otros aparatos enchufados a la red doméstica, sería pan comido.
Pero tampoco los puntos de recarga públicos son seguros. La proliferación de puestos de recarga de coches eléctricos en vías públicas o en otros entornos urbanos, como hoteles o centros comerciales, abre las puertas a estos ataques y aumenta las posibilidades de padecer problemas de seguridad.
Para evitar estos ataques y sufrir males mayores se recomienda establecer una rutina de seguridad. Como cambiar la contraseña de los puntos de acceso a la red de Internet, normalmente los router. Cambiar la clave de fábrica por otra que sea difícil de suponer es básico.
Además, una vez se haya procedido a la instalación de los dispositivos conectados, es necesario solucionar los agujeros de seguridad. Por ello se hace imprescindible actualizar sistemáticamente el software de cualquier aparato que se conecte a Internet.
No debemos olvidar los análisis de seguridad de los dispositivos que permitirán evaluar si estos contienen amenazas latentes. También nos invitan a estar siempre atentos ante cualquier sospecha o situación extraña que pudiera advertirse en el funcionamiento de un aparato.
Finalmente se aconseja la actualización diaria sobre posibles ataques o alertas a través de los canales de la información sobre situaciones de riesgo ya que ayudará a evitarlos o a mitigarlos.