¿Merece la pena un coche eléctrico? Esta es una de las preguntas del presente. Y es que los coches eléctricos parece que por fin se han implantado como una alternativa lógica para muchos clientes. Sí, aún queda por avanzar; mucha tecnología que desarrollar para alcanzar mayores cifras de autonomía. Precisamente de esta idea sale una interesante pregunta: ¿cuánto dura la batería de mi coche eléctrico? Podemos abordar la cuestión por dos vertientes: cuántos kilómetros o cuánto tiempo.
¿Cuántos kilómetros dura?
Hablar de cuántos kilómetros dura una batería es apuntar a una diana demasiado pequeña. Es decir, hay demasiadas variables que cambian por completo la respuesta. La duración en kilómetros de nuestra batería depende, primeramente, de nuestro coche. Es decir, cada fabricante ofrece su capacidad de batería concreta; con ella el coche será capaz de recorrer un cierto número de kilómetros. No todos ofrecen la misma. En realidad, los ciclos de homologación son los que definen por regla general esta autonomía. Pero las condiciones dadas en estas pruebas son, igualmente, poco viables en la vida real, algo a lo que pretende dar solución el nuevo protocolo de homologación WLTP. Entonces, ¿hay un rango concreto estipulado? No, de hecho podemos quedarnos sin energía, como si agotramos la reserva de nuestro vehículo convencional. En realidad, generalmente, el consumo en tiempo real en un coche eléctrico suele dejarse de lado para fijarnos en la autonomía, un dato que queda fijo en el panel de instrumentos. Por ejemplo, un BMW i3 94 Ah (170 CV) con batería de 33,2 kWh de capacidad anuncia una autonomía de entre 290 y 300 km (NEDC). Otro ejemplo, un Nissan LEAF (150 CV ) con batería de 40 kWh de capacidad homologa una autonomía de 380 kilómetros (NEDC).
¿Qué variables influyen?
Ya hemos esgrimido que la primera variable que influye en la duración de la batería de un coche eléctrico es su tamaño, y más concretamente, su capacidad de almacenamiento. No obstante, hay otros elementos externos que afectan. Por ejemplo, nuestro tipo de conducción, cuanto más agresivos seamos más consumiremos, y menos autonomía conseguiremos. Por otro lado, el entorno en el que nos movemos es clave. ¿Los coches eléctricos consumen más en ciudad? Sí, lo que ocurre es que también generan carga a través de sistemas de regeneración mediante la frenada o la deceleración. Por otro lado, su gasto a altas velocidades es considerablemente mayor; esta es una de las razones por las que el coche eléctrico no es bien visto para largos trayectos. La climatología es otra de las variantes que, lo creamos o no, afectan a la duración de nuestra batería. Los climas fríos afectan negativamente a la capacidad de carga de la misma, restando kilómetros que hacer a nuestro coche. El uso de sistemas de climatización también reduce nuestra autonomía.
¿Se desgasta nuestra batería?
Claro, lo mismo que ocurre con la batería de nuestros dispositivos electrónicos como el teléfono móvil o la tableta. Poco a poco van durando menos o no cargan todo lo que lo hacían cuando eran nuevas. No debes preocuparte puesto que no es un desgaste demasiado acusado. De acuerdo a varios estudios la reducción de capacidad es de un 8% tras 150.000 kilómetros. Es decir, si un BMW i3 con batería de 33,2 kWh hacía de nuevo un total de 300 kilómetros por carga, tras 150.000 kilómetros una carga durará 276 kilómetros. Si hablamos de cuántas cargas es capaz de soportar, de media los fabricantes distinguen hasta 3.000 ciclos de recarga completos de duración, es decir, cargas y descargas completas. Para aumentar su fiabilidad, estas baterías nunca llegan a descargarse del todo, del mismo modo que tampoco llegan a cargarse en la totalidad de su capacidad. Un estudio que solo tiene en cuenta modelos Tesla Model S (uno de los coches eléctricos más avanzados), anuncia que el mayor desgaste, entorno al 5% de la capacidad, sucede en los primeros 50.000 kilómetros. A partir de aquí el desgaste es más suave.
¿Cómo puedo cargar las baterías de un coche eléctrico?
Para cargar nuestro coche eléctrico podemos optar por la carga lenta o la carga rápida. La primera de ellas es la que realizamos, por ejemplo, en nuestra casa, enchufando el vehículo a la red eléctrica o a un Wallbox. Se denomina carga en destino, y puede variar según el tipo de conexión. En una toma doméstica a 3kW de potencia un Nissan LEAF (40 kWh) recarga sus baterías en 16 horas, mientras que en un Wallbox con toma a 6 kW el tiempo se reduce a 8 horas. Las cargas rápidas se asocian a cargadores industriales, presentes en algunos talleres o estaciones de servicio. Se estiman cargas del 80% en modo rápido para proteger el sistema. El mismo Nissan LEAF completaría su carga al 80% en solo 40 minutos. El abuso de cargas rápidas mina la capacidad de las baterías a largo plazo. Algunos fabricantes han propuesto la posibilidad de cambiar la batería agotada por otra con carga, una sustitución que, en teoría, no debería de suponer más que unos minutos. No es un sistema popularizado, pero a futuro podría ser una opción extendida que obligaría, eso sí, a pasar por el taller, con un coste teórico algo mayor.
¿Cuál es su mantenimiento?
Una de las ventajas del coche eléctrico es su bajo mantenimiento, pues hay muy pocas piezas mecánicas en su sistema de propulsión. En realidad, lo más complejo es la batería, actualmente muy extendidas las de iones de litio, aunque todavía existen otras opciones. Los fabricantes están trabajando en aumentar su densidad energética, es decir, la energía que son capaces de almacenar en un mismo formato. El grafeno parece ser el futuro, puesto que estas baterías prometen un 75% menos de peso frente a una de litio equivalente, 5 veces más autonomía con un 30% menos de tamaño o una recarga en menos de 10 minutos. Por suerte las baterías no tienen ningún mantenimiento específico. Como tampoco lo tienen los motores eléctricos, muy sencillos y fiables, aunque siempre hay un mantenimiento rutinario especificado por el fabricante para mantener la garantía. El gasto estimado en mantenimiento de un Nissan LEAF a lo largo de 10 años es de 3.200 € frente a 10.000 € de un vehículo a combustión. Por otro lado, los sistemas de refrigeración bien merecen alguna revisión, por norma general habrá que cambiar líquido de refrigeración. Las pastillas y discos, por su parte, apenas tienen desgaste, puesto que la frenada regenerativa no usa estos elementos: solo para mantener quieto el coche o en fuertes frenadas.
¿Qué ocurre si se estropea mi batería?
Prepara la cartera. Uno de los grandes inconvenientes de los coches eléctricos es que sus baterías aún son elementos muy caros, más que cualquier otro componente. Se estima, y esto depende lógicamente de cada firma, que la sustitución de una batería de un coche eléctrico supone un desembolso de entre 5.000 y 6.000 €. Esto es mucho más que, por ejemplo, un mantenimiento rutinario caro en un vehículo de combustión, como el cambio de la correa de distribución, por poner un ejemplo. Por fortuna no hay una cifra de kilómetros o tiempo que indique que es necesaria una sustitución. ¿Se puede cambiar la batería de un coche eléctrico? Sí, pero no es una operación que podamos hacer “en casa” y será necesario acudir a un taller especializado. Los fabricantes han ideado sistemas de alquiler de la batería, como Renault, de modo que no somos propietarios, pero sí disfrutamos de algunas ventajas. Para empezar, el precio en el momento de la compra es inferior. Por otro lado, el alquiler va asociado a una garantía, lo que permite obtener asistencia en caso de avería, asumiendo el coste la marca. Los alquileres varían entre 40 y 50 € al mes (Renault), y pueden ir asociados a servicios de asistencia en carretera. Además, podríamos acceder a futuras actualizaciones de la misma. Si compramos la batería es nuestra, pero el coste de la batería, fuera de la garantía contratada, es a asumir por el cliente.
¿Qué autonomía ofrecen los coches eléctricos actuales?
Comprar un coche eléctrico puede suponer un fuerte desembolso que, bien pensado, puede significar un interesante ahorro. Y con ahorro hay que sumar otros conceptos como la ecología o el bajo impacto sonoro. Hablando de gastos, partiendo de una tarifa valle a 0,084 € el kWh, un BMW i3 94 Ah con batería de 33,2 kWh tiene un coste de recarga de 2,78 €. Un Nissan LEAF con batería de 40 kWh tiene un coste de recarga de 3,36 €. Cargar un Audi e-tron con batería de 95 kWh tiene un coste de 7,98 €. El coste por cada 100 kilómetros es claramente inferior al de un vehículo de combustión: entre 1 y 2 € frente a 7-8 € de un vehículo convencional. La oferta de coches eléctricos es aún limitada, pero cada vez más extensa e interesante. El Nissan LEAF, por ejemplo, tiene una batería de 40 kWh y una autonomía de 380 km. El Renault ZOE es el eléctrico urbano por excelencia, ahora con una batería de 41 kWh y una autonomía de 400 kilómetros. Otro de los más conocidos es el BMW i3, que acaba de presentar su versión 94 Ah con una autonomía de 300 kilómetros. En otros mercados hay modelos como el Opel Ampera-e, que con una batería de 60 kWh supera los 400 km de autonomía en homologación.