Comienza el otoño, aunque las intensas lluvias y los primeros fríos de las últimas semanas hayan hecho que muchos hayan olvidado el verano. Llega el momento de revisar el coche, aclimatarlo a la nueva estación y, sobre todo, adaptar nuestra conducción a las nuevas condiciones que nos vamos a encontrar. ALD nos ofrece algunas recomendaciones para esta nueva época.Carlos Olmo
Sí, somos muy insistentes con las revisiones en el coche, pero ahora se hace más necesario que nunca. Hay que comprobar que los niveles (aceite, anticongelante, limpiacristales…) están en los parámetros que corresponden, así como los neumáticos (es recomendable que tengan más de 2 mm de profundidad aunque la legalidad quede en 1,6) para lograr una buena canalización del agua al pisar suelo mojado.
La buena visibilidad es vital. A las lluvias y neblinas se suma que los días son más cortos (en la vuelta a casa el sol lo encontramos en una posición baja produciendo así destellos). Así, debemos prestar especial atención a las luces, que estén todas reguladas y que funcionen correctamente.
En cualquier momento nos puede sorprender la lluvia pro lo que es más que conveniente revisar que las escobillas no tengan surcos, algo que nos dejará luego líneas de agua y suciedad en la luna que nos impedirán ver de forma correcta. Es recomendable cambiarlas cada cierto para que barra bien el agua y el barro.
Si lo haces al vestirte, también lo deberías hacer al salir con el coche de manera que podrás planificar la ruta evitando zonas con alto riesgo de tormenta así como carreteras cortadas por inundaciones. Una vez en el coche, es recomendable escuchar los boletines informativos para conocer la última hora de las carreteras.
Con la llegada del otoño pasamos de conducir sobre asfalto seco a carreteas mojadas, lo que significa que la distancia de frenado aumenta sobremanera. Aquí debemos añadir otro ingrediente más a la ecuación: las hojas caídas de los árboles que, al descomponerse, forman una película de barro que hacen que nuestras carreteras se conviertan en pistas deslizantes. Reduce la velocidad y se muy suave con el volante. Nada de brusquedades al volante.
Aunque resulta divertido pisarlos cuando calzamos botas, no lo es tanto cuando vamos con nuestro coche. Debemos evitarlos porque pueden conllevar una pérdida de tracción del vehículo (aquaplanning) al mismo tiempo que frenarán nuestro avance, un peligro que se multiplica si lo pisamos solo con las ruedas de un lado pues, en el peor de los casos, podría provocar un trompo. Si no hay más remedio que ‘pisarlos’, habría que rebajar la velocidad aunque no demasiado pues existe el peligro de que el agua se cuele por el tubo de escape.
Las estadísticas apuntan a que estas son las fechas en las que más atropellos de animales se producen. Las malas condiciones de visibilidad y la búsqueda de comida de los animales provoca muchos cruces en la carretera ante los que frenamos o damos volantazos con el consiguiente riesgo de sufrir un accidente.
Siempre se han de cumplir las normas de tráfico pero en estas fechas hay que minimizar riesgos innecesarios y solo efectuar algunas acciones cuando sea necesario o estemos seguros de que lo vamos a hacer de forma correcta. Así, por ejemplo, debemos entrar en una glorieta solo cuando haya espacio y tiempo suficiente para acceder sin poner el riesgo a los vehículos que ya se encuentren en su interior, y evitar adelantar en una carretera de doble sentido cuando vayamos vamos justos de tiempo y espacio. Si no se puede acometer la acción con seguridad, mejor evitarla.