Por Karam el Shenawy.
Cuando un fabricante comienza la rueda de prensa del que es su primer vehículo eléctrico hablando sobre la carga y la autonomía, muchos podrían pensar que es porque no tiene mucho más que ofrecernos. Craso error. Si tuviera la fortuna de contemplar en persona, antes incluso que los múltiples asistentes que están en el Audi Summit de San Francisco, el que es probablemente el modelo más ambicioso de Audi para este y los próximos años, sabría de lo que le hablo.
Me refiero al Audi e-tron, el primer modelo 100% eléctrico que fabrica en serie; aquel R8 e-tron de 2014 quedó en un mero experimento con un número limitado de unidades. Un vehículo que mezcla en sus 4,90 metros de largo, 1,93 de ancho y 1,61 metros de alto el diseño de un Avant y de un SUV. Ataviado con un atractivo color beige marrón y combinado con el paquete Black o las llantas de 21 pulgadas, consigue sacarnos un gesto de admiración.
Carga ultra rápida
Pero volviendo al tema de la carga (dejamos para más adelante todas sus cualidades estéticas y tecnológicas), el Audi e-tron será el primer eléctrico del mundo en aceptar una carga ultra rápida para sus baterías, HPC (High Power Charging). Gracias a ella, es capaz de soportar potencias hasta de 150 kW; lo que implica obtener el 80% del total en menos de 30 minutos.
La firma de los cuatro aros es uno de los muchos fabricantes que han creado la red Ionity, con la que pretenden tener, de aquí a 2020, 400 estaciones de carga ultra rápida. Un porcentaje que nos lleva, directamente, a otra de sus grandes virtudes: la autonomía.
Y gran autonomía
Porque, homologado con el nuevo protocolo WLTP, el Audi e-tron es capaz de recorrer más de 400 kilómetros sin parar. Distancia que consigue gracias a la batería de ión litio de alto voltaje colocada en los bajos del coche de 95 kWh de capacidad.
Además de la carga HPC comentada, el Audi e-tron admite otros tres tipos diferentes: el convencional de 2,3 kW con una toma doméstica de 230 voltios; otro trifásico de 11 kW; y el último 22 kW si se adquiere el sistema opcional Connect. En función de cuál se elija, los tiempos de ‘llenado’ variarán entre unas interminables 40 horas del primer caso, ocho en el segundo y cuatro y medio en el último. Además, los clientes pueden definir sus propias prioridades personales, como elegir las tarifas valle o priorizar el uso de la electricidad autogenerada en caso de que el hogar posea un sistema fotovoltaico.
A falta de conducirlo…
La energía almacenada se enviará directamente a cada uno de los dos motores eléctricos asíncronos que dan forma a este Audi e-tron. Situados en cada eje (tenemos por tanto un vehículo de tracción total) al trabajar de forma conjunta generan 408 CV (300 kW) y 660 Nm de par máximo, disponibles desde la arrancada. Así, el SUV eléctrico de Audi consigue unas prestaciones sensacionales: menos de seis segundos para pasar de 0 a 100 km/h y 200 km/h de velocidad máxima punta.
No obstante, como nos confirman desde la marca mientras le contemplamos en parado (para la prueba dinámica aún habrá que esperar), en condiciones normales, el sistema prioriza siempre el funcionamiento del motor trasero (más grande y potente); activando el delantero cuando la demanda de energía se necesita o en condiciones de baja adherencia.
Gracias al avanzado sistema de recuperación de la energía, con tres niveles de retención seleccionables mediante un comando en el volante, el conductor podrá llegar incluso a rodar haciendo uso del pedal del acelerador; en lo que se conoce como el “one pedal feeling”.
Un control vectorial del par, integrado en el controlador del sistema de suspensión; un reparto de pesos casi perfecto; dirección progresiva variable; una capacidad de arrastre de 1.800 kilos; o la suspensión neumática, capaz de elevar la carrocería hasta en 50 mm, son otras de sus muchas virtudes que, como decimos, tendrán que esperar hasta la presentación dinámica par ser analizadas.
De lo más normal
Por tanto, el diseño, la tecnología y la habitabilidad se convierten en los puntos principales a analizar. Ya hemos mencionado sus dimensiones y, sobre todo, lo llamativo que resulta su aspecto. Por suerte para el consumidor, los dibujantes de Audi no han perfilado un e-tron extravagante (como sucede con algunos de sus rivales), sino que presenta unas líneas de lo más normales.
Del frontal destaca la nueva parrilla singleframe octogonal estrenada en el Q8 que cuenta con función activa (se abre y cierra en función de las necesidades energéticas de las baterías) y, sobre todo, unas luces diurnas LED integrados en los grupos ópticos principales siendo el primer modelo de la familia e-tron que no las monta aparte. Otro detalle que lo convierte en un Audi único: es el primero de la gama alemana moderna que no ofrece ni un centímetro cromado en su carrocería. Este material ha sido remplazado por el aluminio pulido o por los embellecedores en negro.
Adiós a los retrovisores
Pero más allá de las soluciones estéticas conocidas, a las que se unen detalles como la tira trasera LED que une los grupos ópticos posteriores, las pinzas en freno en naranja o los neumáticos específicos, el Audi e-tron aporta inéditas soluciones en el sector como son los retrovisores exteriores digitales. Sí, el SUV eléctrico de Ingolstadt será uno de los primeros vehículos de producción del mundo que sustituye los tradicionales espejos por dos cámaras de alta resolución; por poco, se le ha adelantado Lexus.
Será un elemento opcional en la gama (a excepción de la edición de lanzamiento e-tron edition one) transmitiendo las imágenes del exterior a través de dos pantallas OLED colocadas en las puertas. Al ser táctiles, permiten variar la inclinación y, sobre todo, aumentar o disminuir el zoom para facilitar las maniobras. Según Audi, esta solución reduce al mínimo el ángulo muerto y mejora la visibilidad general al ofrecer diferentes vistas en función de por dónde se ruede sumando, entre otros, un evolucionado sensor de visión nocturna. Por último, contribuyen a mejorar la ya de por si excelente aerodinámica del vehículo (con un Cx de 0,27) gracias a su diseño en forma de ala.
Interior tecnológico
De no ser por estas dos pantallas extra, el habitáculo del Audi e-tron sería como el de cualquier otro Audi actual, es decir, rodeado de pantallas y con una apariencia tecnológica sin parangón. La firma de los aros ya nos lo desveló hace unos meses y en él se pudieron ver algunos de los elementos exclusivos del mismo; como la instrumentación digital con un diseño hexagonal con menús específicos para este modelo, una caja de cambios electrónica o los inéditos detalles luminosos presentes en el panel frontal y las puertas.
Todo ello sin obviar un espacio digno de un Q7 o un Q8. De hecho, los 2,93 metros de batalla solo implican 5 mm menos que los del nuevo buque insignia de la marca, traduciéndose en una zona trasera perfectamente apta para tres adultos de estatura media. El maletero, al que se accede mediante una boca de carga quizá demasiado separada del suelo, cubica 600 litros (5 menos que el Q8) a los que se suma otro compartimento frontal de 60 litros pensado para dejar el cargador.
¿Y el precio del Audi e-tron?
En definitiva, puede que Audi no haya sido la primera en presentar un eléctrico con tintes SUV, pero el e-tron, gracias a un diseño convencional, a una carga tecnológica sin parangón o a un sistema motriz que permite afrontar grandes distancias y cargar en poco tiempo, pueden convertirle en uno de los eléctricos mejor posicionados del mercado, incluso teniendo en cuenta que su tarifa inicial podría rondar los 80.000 €.