Insólito y surrealista hallazgo el de un conductor mientras circulaba: 250.ooo euros en billetes. Los localizó en la calzada de la A-4 en la tarde del pasado miércoles 26, a la altura de la localidad toledana de Tembleque. Rápidamente, avisó a la Guardia Civil, que en esos momentos se encontraba en un dispositivo operativo.
Según informó la Benemérita, varias patrullas localizaron el punto exacto e incautaron una importante cantidad de dinero en billetes. Éstos fueron custodiados y trasladados hasta una sucursal bancaria para su recuento. Una vez efectuado, se depositaron en dependencias oficiales del cuerpo. Al mismo tiempo, se ha abierto una investigación para determinar la procedencia del dinero.
Según fuentes de la Guardia Civil, el conductor divisó varios billetes esparcidos por el arcén y rápidamente alertó, con buen criterio, a los agentes. Entre el material intervenido hay un billete de 500 euros defectuoso, uno de 50 aparentemente falso y 234.890 euros de curso legal.
Además de este suceso, en los últimos días la Guardia Civil realizó otra operación en la que intervinieron 165.500 euros. Estaban ocultos en un coche en la AP-7, en Tarragona. En esta ocasión, los agentes pararon el vehículo al ver que hacía maniobras bruscas aproximándose a ellos. La conductora no pudo acreditar la procedencia del dinero, por lo que fue denunciada.
El conductor que encontró el dinero en la autovía es ejemplo de cómo hay que actuar ante hallazgos de este tipo. Estamos en la obligación de, si encontramos algún objeto de valor perdido, entregarlo en un Ayuntamiento, oficina de objetos perdidos o a las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Apropiarse de bienes de valor ajenos, aún encontrándolos en la vía pública, puede ser considerado como un delito de hurto. Está castigado, según el artículo 234 del Código Penal, con penas de prisión de 6 a 18 meses de cárcel si la cuantía de lo encontrado es superior a los 400 euros. Si, en cambio, se actúa conforme a la ley, y dependiendo de la naturaleza y procedencia lo encontrado, el bien puede retornar a quién lo encontró, si no se ha localizado al dueño en un plazo de dos años.