Cuando a la lluvia se suma el viento, la conducción se hace muy complicada. Estas son las precauciones que deberías tomar.
Este invierno está siendo más duro de lo que esperábamos. Al caos provocado por la borrasca Filomena ahora se suma la llegada de un temporal de lluvia y viento que volverá a poner en jaque nuestras ciudades y carreteras (se esperan rachas de viento de hasta 90 km/h). Así, nunca está de mas recordar algunos consejos básicos sobre cómo se debe conducir en invierno o condiciones climáticas adversas.
Y es que con viento hay un mayor riesgo de sufrir un accidente. Tal y como sostienen desde el organismo presidido por Pere Navarro, hasta el 5 % de los accidentes atribuidos a la climatología se debe al viento.
Los peligros de conducir con viento
Antes de nada hay que tener en cuenta que el viento tiene direcciones y velocidades variables y que incidirá en nuestro vehículo según la superficie y peso que este tenga. Es decir, los coches pequeños (por su bajo tarado) y los SUV, monovolúmenes y comerciales (por su amplia superficie) serán los coches que más sufran en estas condiciones. Además, el viento no solo choca con la superficie del vehículo sino que pasa por debajo por lo que va a elevar en unos centímetros su carrocería. Así, en casos extremos puede llegar a volcar el vehículo.
Para conducir con viento hay que se consciente de que se van a producir balanceos que pueden desencadenar en una pérdida de la adherencia. En estas situaciones, los vehículos que más sufren son los de tracción trasera, pues resultan difíciles de controlar cuando la tracción actúa sobre un eje y otro es el encargado de marcar la dirección. Ante esto, la primera recomendación es la de recudir la velocidad y ser muy suaves con el volante, acelerador y freno.
Si nos encontramos con que el pavimento está húmedo o sucio, la complicación es mayor (el viento puede trasladar tierra, hojas o suciedad de los laterales de la vía). La segunda recomendación es usar la caja de cambios en marchas largas y con una presión suave en el acelerador. Nada de movimientos bruscos.
Igual precaución debemos tener con la aparición de obstáculos en la vía. Hay que ser previsores. Ciertos objetos pueden salir volando y moverse por la calzada hasta el punto de que puedan golpear golpear nuestro coche. Y, ojo con el viento cruzado, con los cambios de dirección repentinos, que nos pueden dar más de un susto.
¿Cuándo debo extremar las precauciones?
Las salidas de los túneles son lugares en los que extremar la precaución. Hay tres momentos en los que debemos prestar especial atención:
- Al salir de un túnel. Hay zonas como los túneles en los que nuestro vehículo está resguardado del viento, por lo que solo cuando salgamos de este encontraremos el viento. Y llegará con gran virulencia, como si de un golpe se tratara, por lo que hay mostrar gran seguridad y firmeza al volante. Debemos prestar atención para que nos pille desprevenidos y nos saque de nuestra trayectoria.
- Al adelantar vehículos voluminosos. Los camiones y autobuses, por ejemplo, nos sirven de parapeto del viento. Nos protegen. Pero, al superarlos, volveremos a encontrarlo de manera que nos volverá a golpear con fuerza. Aquí debemos tener en cuenta otra consideración. Estos vehículos también sufren los rigores del viento por lo que podrían verse obligados a variar su trayectoria e invadir nuestro carril. Y, en el peor de los casos, perder parte de la carga. Hay que adelantar solo en condiciones de máxima seguridad.
- Puentes y viaductos. Estamos expuestos por completo al rigor del viento. Hay que extremar la precaución.
Cómo conducir si hay mucho viento
Las mangas de viento te indicarán la dirección y la intensidad del aire.
- Anticípate al peligro. A la hora de conducir, fíjate en la vegetación y los árboles del camino o las mangas de viento. Gracias a sus movimientos podrás saber la dirección del viento y su intensidad. Lo mismo con el polvo o si hay objetos volando.
- Sujeta con firmeza el volante. No dejes que se mueva, ten las dos manos en posición 9:15 , cogiéndolo con fuerza para ofrecer resistencia a las rachas de viento. Eso sí, no hagas movimientos bruscos que puedan dar lugar a bandazos. Recuerda, además, que en estos casos el viento lateral es el más peligroso, pues te puede sacar de la vía.
- Reduce la velocidad. No circules a altas velocidades si el peligro es claro. Un consejo que nos dan desde la DGT es el de circular a una marcha inferior con el objetivo de reducir la velocidad. Así tendremos mayor capacidad de reacción y maniobra.
- No frenes bruscamente. Cualquier movimiento repentino, con mucha fuerza, puede ser un problema añadido a la ya complicada situación.
- Aproxímate al centro de la calzada. Siempre que el resto del tráfico te lo permita, en vías fueras de la ciudad, circula lo más próximo posible a la línea central de la carretera. El motivo es que un golpe de viento te desplace unos centímetros… y termines en la cuneta. De esta manera tendrás mayor capacidad de reacción.
- Ojo con remolques y equipajes. A ser posible, olvídate de ellos estos días. Los remolques no tiene demasiada estabilidad, por lo que pueden empujar tu tren trasero hacia un lateral y perder el control del coche. En cuanto a lo de llevar un baúl en el techo solo supone una mayor superficie de resistencia al viento al tiempo que elevas el centro de gravedad del vehículo (genera más inestabilidad). Además, en caso de no estar bien sujetado, se podría perder en plena carretera.
- Si hay lluvia… Puede ser que, en pleno temporal aparezca la lluvia. El asfalto estará más resbaladizo, por lo que la dificultad en la conducción será mayor. Mantén la distancia de seguridad (ahora mayor) y ten siempre a punto tu coche para conducir con agua.
Alerta de cambio de carril: aliado contra el viento
Este asistente de conducción, incluido de serie ya en muchos de los coches nuevos, puede ser un gran aliado al conducir con fuerte viento. El sistema de seguridad activa detecta cualquier variación en la trayectoria del vehículo y avisa al conductor para evitar salidas de la vía o colisiones con otros vehículos.
Funciona de la siguiente manera: gracias a un conjunto de sensores, cámaras y/o radares, el coche lee las marcas viales de la carretera e informa a la centralita del sistema. Si una fuerte racha de viento impacta sobre el coche y lo desvía hacia la línea, sin que estén activos los intermitentes, los sensores lo captan y el sistema interpreta que el conductor no se está desviando conscientemente, por ello envía una alerta acústica y otra visual en el panel de instrumentos.
En los modelos algo más antiguos, este sistema hace vibrar el volante e incluso el asiento del conductor para alertarlo y que corrija su trayectoria. Pero en las últimas generaciones de este asistente puede mover por sí mismo la dirección para ayudar al conductor a mantenerse en el carril.