Uno de los factores que más víctimas producen en nuestras carreteras es el sueño. Es esta una de las razones por las que los viajes nocturnos son más peligrosos estadísticamente que los diurnos, por la facilidad de que este aparezca esa temida somnolencia. Así, aunque la densidad del tráfico sea menor en esas horas debemos evitar estar horas para conducir. Pero no es lo único que hay que tener en cuenta, aA continuación aportamos consejos y soluciones para mejorar tu seguridad.
Recordemos que la somnolencia o sueño puede aparecer en cualquier momento y no solo porque sea de noche. Esta puede surgir después de una copiosa comida, por el aburrimiento que encontramos al volante o tras el estrés acumulado en las horas precedentes. Hay situaciones en las que nos sentamos en el coche y aparece el sueño.
El sueño nos afecta a todos y el riesgo se eleva considerablemente si tenemos que luchar contra él. Dormir es necesario para nuestro organismo, a la altura de comer o beber. Nuestro cerebro tiene una “batería” y cuando se agota necesita recargarse.
En cuanto detectamos estas posibles señales es importante entender que debemos responder pues hay peligro real de quedarse dormido. Es algo parecido a cuando aparecen las necesidades fisiológicas, no podemos esperar para siempre, podemos retrasarlo pero hasta un límite.
Las bebidas energéticas o bajar la ventanilla no nos quitará el sueño, solo una sensación de frescor inmediata que al poco tiempo se irá tornando en un sueño más profundo. El único modo de recuperarse es darle descanso a nuestro cerebro. Es importante tener en cuenta que el sueño es fundamentalmente necesario para nuestra cabeza, el elemento que coordina e integra la unidad de mando de nuestro organismo.
Lo que sí podemos hacer es retrasar la aparición de estos síntomas y, lo más importante, aprender a identificar cuándo debes parar para descansar.
El cuerpo necesita descanso llegado el momento así que, llegado el momento y siendo conscientes del nuestro cansancio acumulado y nuestras costumbres, la primera recomendación es la más obvia: descansa antes de salir de viaje.
Otros factores importantes son aquellos que nos producen modorra, si bien cada uno de nosotros tiene elementos que le afectan de diferente modo los tres principales son la digestión, la sed y el calor.
Hay que descansar antes del viaje, especialmente la vista. Para ello debemos evitar hacer uso del teléfono o de pantallas justo antes de salir de viaje. Lo ideal sería situarse en una habitación con el mayor silencio posible y es recomendable cerrar los ojos durante unas horas. De este modo, aportaremos el descanso necesario a nuestros ojos:
A excepción de los narcolépticos el sueño nos invade de forma progresiva a todos. Aunque una vez ha comenzado es imposible frenarlo, por lo que tendremos que buscar un buen lugar donde descansar.
Los remedios caseros no funcionan. La mejor opción es dormir, aunque sea en el coche y 20 minutos, tiempo suficiente para haber recuperado el 80 % de la vigilia. En cuanto aparezcan estos síntomas deberías buscar un lugar donde estacionar en condiciones de seguridad (más adelante indicamos los lugares en los que hay que parar):
Es posible estar dormido con los ojos abiertos, es una de las formas de sueño más peligrosas para los conductores. Estos microsueños nos hacen sentir despiertos pero no vemos ni sentimos nada durante unos segundos (esto pueden ser muchos metros con el coche sin control). Prácticamente la totalidad de los conductores los ha padecido alguna vez.
Un ejemplo muy habitual es el de ir conduciendo pero desconocer por qué o cómo te has ido cambiando de carril o tomado una salida sin haberlo previsto. La reacción muchas veces es dar un volantazo para recuperar la posición o regresar a tu carril. A veces es un ligero impacto contra el guardarraíl u otro elemento el que no saca de este estado catatónico.
El último de los efectos de estos microsueños es el de cerrar los ojos. Durante este tiempo vemos lo último que estos han grabado. Esta es la razón por la que creemos seguir despiertos. Los microsueños son extremadamente peligrosos, los organismos oficiales achacan al cansancio el 10 % de los accidentes con víctimas mortales (el año pasado fueron 120 fallecidos).
Casi siempre pensamos que se trata de un despiste, pero debemos ser conscientes de que el sueño hace mella. Lo más importante en ese momento, por ti y los demás ocupantes de la vía, es parar y dormir antes de provocar un accidente.
Es posible que no tengamos un hotel cerca y que estemos lejos de nuestro destino todavía. Lo más acertado, es parar y dormir en nuestro coche.