Faconauto, la patronal de los concesionarios, ha revelado en la I Jornada de Automoción del País Vasco que las marcas y fabricantes están presionando a sus redes para que vendan coches de categoría ECO. Los motivos que estarían detrás son muchos aunque destaca que la subida de las ventas de mecánicas de gasolina ha aumentado la media de emisiones de CO2 lo que les le llevaría a incumplir con la normativa de descarbonización del aire europea por lo que se exponen a una multa desde Bruselas.
Y no es ninguna broma esto pues, a un mercado que se encuentra en caída libre (ha perdido ventas en once de los últimos doce meses) se suma la posible llegada de una multa desde Europa de 95 euros por coche y gramo de CO2 en que superen los niveles de la normativa, una sanción que se trasladaría a la factura de los vehículos y que supondría un importante encarecimiento de estos.
Ante este panorama, las marcas habrían empezado a actuar, siempre según indica Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, quien apunta a que “algunos fabricantes están trasladando el problema a los concesionarios imponiendo sanciones si no cumplen con ese ‘mix’. Nos parece una gran injusticia y pedimos que, por lo menos, se negocien esos objetivos. Las marcas que no quieran hacerlo se encontrarán con la oposición frontal de los concesionarios”.
Es por esto que desde Faconauto piden un mix de ventas lógico, que les permita seguir vendiendo vehículos a un precio accesible al público y que les siga ofrezca un uso de sus coches similar al que hasta ahora.
Esto se traduce en que los coches eléctricos, la principal apuesta desde gobiernos comunitarios y regionales, no son una opción real para la mayoría de la población, en primer lugar por cuestiones económicas (sus precios son muy superiores comparados con sus equivalentes con motor térmico) y de recarga (al escaso número de conexiones públicas se suma el tiempo que requieren para cargarse al completo).
Es aquí donde emergen las mecánicas diésel como una excelente opción para rebajar las emisiones de CO2. Defenestrados por emitir Óxidos Nitrosos (un gas contaminante que daña la salud de los humanos, aunque ahora lo hacen a unos niveles muy bajos comparados con los diésel de hace una década) han logrado homologar unas cifras de CO2 en torno al 20 % inferiores a las de los coches de gasolina.
Es por esto por lo que apuntan a que para que las marcas cumplan con las imposiciones de CO2 de Bruselas, sería necesario aumentar en torno a un 20 % las ventas de estas mecánicas diésel, las cuáles han pasado del 70 % del mercado al 30 % en apenas un año.