“Déjalos tranquilos, si solo quieren jugar”. Esta es una frase muy habitual que se puede escuchar entre padres cuando el niño no se puede quedar quieto en una silla y necesita moverse. El problema llega cuando el pequeño es más travieso de lo habitual y no se le vigila. Es lo que pasó en Australia con un niño que se dedicó a rayar coches en un concesionario cuando sus padres lo perdieron de vista. Ahora, el padre afronta una demanda por los daños sufridos por los vehículos.
Y es que, según informa 7News, la criatura habría dañado, ni más ni menos, que diez coches entre los que se incluye un Audi SQ8 ocasionando importantes daños en estos.
Todo sucedió el pasado 24 de noviembre, aunque no se ha sabido hasta ahora, cuando un matrimonio con su hijo acompañaron a un amigo a un concesionario de Audi al estar este interesado en la adquisición de un coche. Una vez allí, los padres perdieron de vista a su hijo hasta que se dieron cuenta del daño que estaba causando en los vehículos.
Fue tal el destrozo que ocasionó el niño que el concesionario ha demandado al padre solicitando 40.000 dólares australianos (24.750 euros) al considerar que los coches dañados necesitan una reparación profunda y no se podrán vender como nuevos.
Esta cantidad no es definitiva pues los vehículos van a ser peritados y una entidad independiente valorará los desperfectos y esgrimirá la cifra final de la petición al padre.
Uno de los motivos que esgrime el concesionario para interponer esta demanda está en que los daños ocasionados en los vehículos harán imposible venderlos como nuevos por lo que, en el caso de hacerlo, se exponen a posibles demandas por publicidad engañosa y de estafa. Así, solo podrán venderlos como vehículos usados y con promociones importantes.
El implicado, por su parte, ya había indicado que estaría dispuesto a dar una cantidad unos 14.000 dólares australianos (unos 9.000 euros) para compensar los daños realizados por su hijo.