Ilógicos en un segmento en el que a priori tendrían más sentido las motorizaciones diésel, las versiones gasolina más capaces de Opel Insignia y Kia Stinger no atienden a razones. Más a emociones, con generosas potencias maduradas en dos berlinas para mayores.
Con la edad cambian las prioridades. Pero siempre queda un poso de aquello que le gustó cuando era joven. Incluso en una categoría poco dada a la pasión y arrinconada por los omnipresentes SUV, el mercado ofrece alternativas para sacar el lado más canalla… ¡y superando los 40!
En esa vuelta al pasado, los dos modelos que analizamos tienen mucho que decir. ¿Recuerda cómo era el GSi? Siglas asociadas ineludiblemente a Opel (Kadett y Manta, en sus orígenes), si bien aquí con la circunstancia excepcional de estar hermanadas a una berlina señorial como el Opel Insignia Grand Sport. Potencia (260 CV) y burguesía a partes iguales para ese conductor que busca un incentivo más en la categoría.
Sin pasado al que hacer referencia, puesto que el Kia Stinger nace como producto totalmente inédito en la marca, la deportividad que plantea eleva la apuesta con un punto más de irreverencia y una calidad general como nunca antes habíamos visto en la casa oriental.
Y lo manifiesta tanto en un estilo de mayor calado visual como, sobre todo, por un motor V6 de ¡366 CV! La contienda parte con una clara superioridad para él, pero al fin y al cabo, los dos automóviles son exponentes en eso de apartarse de la norma e ir más allá en sus aspiraciones prestacionales.
En primer término, el paso por el gimnasio es obligado de cara a llamar la atención. Ambos muestran siluetas de aire cupé. La ‘testosterona’ es más obvia en el Kia Stinger, llamativo como pocos y alejado de las berlinas tradicionales.
El ojo también se va hacia el más modesto GSi de Opel, arropado por tomas de aire sobredimensionadas y más músculo en forma de grandes llantas, faldones o escapes, al estilo de aquellos OPC de antaño.
En todo caso, no olvidan la practicidad de sus cuerpos de cinco puertas, al que suman portón trasero. Una buena ‘boca’ de acceso a un maletero claramente más capaz en el Insignia, con 490 litros en su configuración estándar. El Kia Stinger se queda solo en 406, cifra escasa para los 4,83 metros de largura.
Así las cosas, y con una ligera ventaja de envergadura en favor del coche alemán, dentro plantean algún que otro condicionante en lo relativo al espacio. La caída del techo, más acusada en el Kia Stinger, deja unas plazas traseras solo correctas.
Como ya intuirá, la altura es justa en los dos vehículos (hablo solo de detrás, principalmente), sin apenas margen para que una persona de más de 1,80 metros viaje holgada. Sí que hay diferencias en esto de la habitabilidad, siempre superior en un Opel Insignia Grand Sport que ofrece más anchura en las dos filas y más distancia entre ellas.
Por el contrario, la entrada al universo Kia Stinger tiene más empaque. El nuevo modelo de Kia cuida esos detalles que pueden parecer insignificantes: movimiento suave de todos los mandos, apertura y cierre de puertas, materiales de buen tacto perfectamente ensamblados…
En definitiva, el Kia Stinger pone el listón muy alto, y lo corrobora igualmente con un equipamiento completísimo con asistentes de seguridad por doquier, tecnología Full LED de alumbrado, visión periférica 360º, Head-up display o asientos climatizados, entre otros. Y todo de serie.
Ante semejante poderío, Opel contraataca con menor dotación de partida, reflejada de otro modo en una tarifa más asequible en la que influye la apuesta mecánica, más comedida que en su rival. Sea como fuere, el interior del Opel Insignia está bien hecho, siempre desde una concepción más sobria y de aspecto deportivo contenido.
Incluye elementos a tener en cuenta para los amantes de lo último, sobre todo los faros matriciales IntelliLux LED, la frenada de emergencia automática y el chasis activo FlexRide. Y muchos opcionales, por supuesto.
En marcha no defraudan y sin perder de vista el elevado confort y percepción de coche premium, ofrecen una dinámica adaptada para, por qué no, dejarse llevar hacia terrenos más pasionales al que normalmente traslada el segmento.
En este sentido, la especialización del Kia Stinger resulta obvia. El imponente motor biturbo de seis cilindros marca mucha distancia con el tetracilíndrico del alemán, tanto como la desigualdad de sus potencias: 366 frente a 260 CV. El primero derrocha par desde giros medios y bajos, lo que permite una conducción fluida sin tener que elevar las revoluciones del tacómetro.
Encima, el trabajo junto al cambio automático (convertidor de par) de ocho marchas es refinado y hasta rápido, favoreciendo aceleraciones muy ágiles: 4,9 segundos en el 0 a 100 km/h.
Su sonido fascina mucho más que el dulce y poco agresivo tono del GSi moviéndose lejos de la zona roja. El Opel Insignia esconde el bramido de un 2.0 Turbo realmente fino, muy elástico y progresivo, pero sin atisbo de deportividad.
A pesar de todo, la mecánica del Opel Insignia, vinculada a una caja automática de ocho relaciones de buen talante, ofrece un magnífico rendimiento. “Corre sin adornos”, decía un compañero. Lo comparto al cien por cien, porque sin inmutarse alcanza altas velocidades solo aprovechables, como siempre, en las ‘autobahn’ alemanas sin limitación.
Todo un atleta de fondo que no penaliza tanto el consumo como su adversario, aspecto a tener en cuenta a la hora de decantarse por un motor ‘gordo’ u otro más prudente. En el mismo recorrido por carretera de montaña, a ritmo vivo, el coreano no bajó de 12 l/100 km, y la media total tampoco se apeó de 10.
Por el contrario, el alemán obtuvo en el primer caso un valor de 10,8 litros, para un promedio final de 9,3.
Es el mejor concepto que define a las dos berlinas, ambas acompañadas de sistemas de tracción total como única forma posible de aferrarse a la carretera. Algo que hacen con esmero y una estabilidad suprema.
El Kia Stinger domina la situación al enfrentarse a una prueba más exigente en zonas reviradas, gracias a un matiz más deportivo de su dirección (más rápida) y suspensión (ligeramente más férrea). Todo, sin radicalidad, por supuesto, porque en larga distancia es un excelente automóvil modulable con varios y acertados modos de conducción.
En el Opel Insignia es más difícil poner en apuros al equilibrado bastidor: hay menos potencia y la verdad es que dinámicamente resulta eficaz. Quizá le falta, como al motor, un poco de ‘sangre’, pero con él es muy fácil ir rápido.
Aparte, sobre la báscula es bastante más ligero, lo que se nota al ‘tirar’ el coche en los vértices más lentos. Y frena de maravilla con la gran mordiente y buena resistencia a la fatiga que le proporciona su equipo firmado por Brembo.
Para qué tanto, podría pensar. Sobrados de potencia, más el Kia Stinger, representan la ambición de cada marca de sacar pecho, de mostrar de lo que son capaces. Una pretensión que asume el modelo de Kia con un precio (55.000 euros) y motor en otro nivel, por un Opel de muy buenas maneras y, ojo, 10.000 euros más barato.
Fotos: Paloma Soria
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 4 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 1.998 cm3 |
POTENCIA | 260 CV a. 5.300 rpm |
PAR MÁXIMO | 400 Nm entre 2.500 y 4.000 rpm |
V. MÁXIMA | 250 km/h |
ACELERACIÓN | 7,2 s s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 8,6 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS | 4.910 / 1.871 / 1.445 mm |
NEUMÁTICOS | 235 / 45 R 18 |
PESO EN VACÍO | 1.608 kg |
MALETERO | 490-1.450 l |
PRECIO | 45.550 € |
GAMA DESDE | 29.200 € |
CUOTA RENTING | 869 €/mes |
LANZAMIENTO | Diciembre de 2018 |
De Serie: Asistente de salida en cuesta; frenada de emergencia automática con detección de peatones; alerta de colisión e indicador de distancia de seguridad; control de ángulo muerto; alerta por cambio de carril y tráfico trasero; reconocimiento de señales de tráfico; modos de conducción con suspensión adaptativa FlexRide; faros adaptativos Matriciales Intellilux LED; sensores de aparcamiento con cámara trasera; estacionamiento asistido; pack Visibilidad: incluye sensores de lluvia e iluminación y retrovisor interior antideslumbramiento; luna y ventanas traseras tintadas; acceso y arranque sin llave; pack OPC interior: incluye pedales deportivos y volante OPC calefactable; asientos delanteros deportivos y calefactables; plegado de asientos traseros por botón; y sistema multimedia Navi RF900 IntelliLink con pantalla táctil de 8,0’’.
Opcional: Pintura Rojo Rubí (270 euros) y metalizada (572 euros); tapicería de cuero OPC Performance: incluye asientos delanteros AGR con regulación eléctrica y climatización, y traseros calefactables (4.045 euros); llantas de 20 pulgadas (1.310 euros); cargador de móvil inalámbrico (198 euros); techo solar eléctrico (972 euros); Head-up display con pantalla de 8,0 pulgadas en instrumentación (728 euros); radio digital (208 euros); sonido Premium Bose (728 euros); control de velocidad de crucero adaptativo (1.040 euros) y asistente de aparcamiento con cámara 360º (1.326 euros).
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 6 cilindros en V, turboalimentado |
CILINDRADA | 3.342 cm3 |
POTENCIA | 366 CV a 6.000 rpm |
PAR MÁXIMO | 510 Nm entre 1.300 y 4.500 rpm |
V. MÁXIMA | 270 km/h |
ACELERACIÓN | 4,9 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 10,6 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS | 4.830 / 1.870 / 1.400 mm |
NEUMÁTICOS | 225 / 40 R19 (del.); 255 / 35 R19 (tras.) |
PESO EN VACÍO | 1.834 kg |
MALETERO | 406-1.114 l |
PRECIO | 55.000 € |
GAMA DESDE | 38.800 € |
CUOTA RENTING | 1.225 €/mes |
LANZAMIENTO | Noviembre de 2017 |
De serie: Asistente de frenada de emergencia automática; control del ángulo muerto; alerta de tráfico trasero; asistente de luz de carretera; asistente de mantenimiento de carril; reconocimiento de señales de tráfico; control de velocidad de crucero adaptativo; sistema de parada y arranque automáticos del motor ISG; pilotos y faros LED adaptativos; retrovisores exteriores calefactados con plegado eléctrico; techo solar panorámico; llantas de 19 ‘‘; kit reparapinchazos; portón eléctrico con función manos libres; tapicería de piel GT; asientos delanteros con regulación eléctrica, memoria y climatización; asientos traseros calefactables; volante calefactable con levas; climatizador bizona; sensores de lluvia e iluminación; sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara de visión 360º; acceso y arranque sin llave; cargador inalámbrico para móvil; Head-up display; instrumentación con pantalla digital de 7,0 pulgadas; sistema multimedia con navegador, pantalla táctil de 8,0 pulgadas, Android Auto y servicios de conectividad Tom Tom; audio Premium Harman/Kardon.
Opcional: Pintura Sunset Yellow (162 euros) y metalizada (486 euros).