Fotos: Paloma Soria
No estar en la onda es, para los más entendidos, no ir a la moda. Traducido al mundo del automóvil es no suspirar por los modelos más vendidos (como el Volkswagen Polo o el SEAT Ibiza ). Por suerte no ir a la moda es, en sí, otro tipo de moda.
Es aquí cuando aparecen los tres integrantes de esta comparativa, tres utilitarios, además recién llegados al mercado, que, si bien son pilares fundamentales de sus respectivas matrices, no aparecen entre los cabezas de lista en los rankings de ventas. Razones no les faltan, y menos cuando tienen argumentos más que suficientes como para proclamarse referencia en su clase. Me explico.
A pesar de sus diferencias evidentes, cualquiera de los tres es atractivo a la vista, empezando por el diseño agresivo y juvenil del KIA Rio , siguiendo por el cosmopolita y refinado Suzuki Swift (casi un MINI a la japonesa) y terminando por un remozado Hyundai i20 que introduce la madurez en un segmento donde todavía vemos algún que otro experimento.
Este último, el i20, es uno de los integrantes de la gama Hyundai más importantes a nivel comercial, y cuando algo funciona bien mejor no tocarlo. Con esa premisa esta actualización apenas trae cambios cosméticos, más allá de nuevos paragolpes o pilotos traseros.
El i20 es un vehículo maduro, sólido, bien acabado (el que mejor de los tres), que además introduce una excelente dotación de equipamiento de serie en esta versión Tecno. Es, a su vez, el más caro de la muestra, casi al nivel del Rio, pero un punto menos equipado. Tampoco falta de nada: desde sensores de aparcamiento y cámara de visión trasera, hasta sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas. A lo que sumar un avisador por cambio involuntario de carril, no tan habitual en segmentos pequeños.
Hablando de tamaño, el utilitario de Hyundai saca pecho en la batalla de la habitabilidad con un espacio interior muy adecuado a su envergadura. Detrás caben adultos de 1,80 m sin problemas y, además, presenta el maletero más grande de los tres: 325 litros.
Subirse al KIA Rio es hacerlo en un vehículo casi idéntico: comparten buena parte de las piezas internas y tecnología. Sin embargo, son dos coches más diferentes de lo que parece. Para empezar, el acabado interior del Rio, aunque sólido, carece de materiales mullidos que restan vistosidad al habitáculo. Se diferencian igualmente en el listado de equipamiento, pues por el mismo precio, sin descuentos, este Rio nos ofrece su acabado más alto Drive con prácticamente todo de serie, incluso navegador (sobre el mismo sistema multimedia con pantalla táctil del Hyundai), un elemento en desuso desde la llegada de Apple CarPlay y Android Auto, presentes por cierto en cualquiera de estos tres. Deja en opción (600 €) un interesante paquete que incluye frenada de emergencia, asistente de luces de carretera o avisador de mantenimiento de carril.
Casi calcadas sus cotas interiores frente al i20, el Rio es un coche muy habitable para su tamaño, a pesar de anunciar un maletero un solo litro más pequeño. Despreciable.
Los motores diésel nunca han tenido tan poco sentido entre los utilitarios, y tal vez por ello Hyundai haya decidido eliminarlos de la oferta i20. No es de extrañar si puede sustituirlos con un bloque gasolina tan bueno como el 1.0 turbo de tres cilindros que nos ocupa. Exactamente el mismo que mueve al Rio, produce 100 CV de potencia, suficiente para entorno urbano y fuera de él. En ambos casos mueve el coche con soltura en el medio régimen (por debajo de las 2.000 vueltas es más perezoso). Asociados a un cambio manual de 5 velocidades, el consumo medio es muy competente, generalmente por debajo de los 6 l/100 km, aunque tienden a elevar notablemente el gasto si exprimimos sus capacidades.
En lo que difieren es en el nivel de refinamiento, claramente mejor en el Hyundai, en cualquiera de los sentidos, que deja pasar al habitáculo menores vibraciones y sonido, especialmente al ralentí y a baja velocidad.
Todavía no he mencionado al Suzuki Swift, por una buena razón. Aunque su concepto es similar, la ejecución es completamente distinta a la de sus rivales. Y extrapolo esta afirmación al resto de competidores del mercado. Dejando de lado el diseño, tal vez más encantador, es el más pequeño de los tres (no alcanza los 4 metros de longitud), y eso se traduce en un menor espacio interior.
Espacio que, al contrario de lo que puede parecer, es mejor de lo esperado. La altura de la cabina es buena para grandes tallas, incluso atrás pueden acomodarse dos adultos de 1,80 m de altura (tres van apretados en cualquiera de los aquí comparados), pero a cambio de un maletero claramente inferior: declara solo 265 litros de capacidad.
Dentro hay luces y sombras. En primer lugar, abusa de materiales duros, aunque la solidez es buena y el diseño moderno y juvenil, incluso más vivo gracias a sus molduras de color. En contrapartida, carece de algunos elementos de confort como reposabrazos central o plafón de luz trasero, a pesar de que, frente al Rio y el i20, sí cuenta con apoyabrazos mullidos en las puertas, todo un detalle necesario al afrontar largos desplazamientos.
Pasando al lado del equipamiento, el Swift sobresale en este acabado GLX, que lo lleva todo. Incluye navegador, control de velocidad de crucero adaptativo, alerta por cambio involuntario de carril, iluminación LED… No falta de nada.
El valor diferencial del Swift es su mecánica híbrida… o más bien semi-híbrida. Dispone, en opción para este motor 1.0 turbo de tres cilindros y 111 CV, de un sistema SHVS que es, básicamente, un motor eléctrico que apoya al térmico en fases de aceleración. Ni se nota en la práctica ni eleva la potencia, como tampoco puede mover el coche en modo exclusivamente eléctrico. Pero obtiene la etiqueta ECO, tan codiciada de cara al futuro de las grandes ciudades.
Volviendo a la dinámica, es el que mejor se mueve (¡pesa solo 950 kilos!) y el que menos consume: una media cercana a los 5 l/100 (o menos) con total facilidad. Oculta muy bien su condición de tricilíndrico, y empuja verdaderamente bien. Tal vez su nota negativa venga de una caja de cambios de tacto más bien impreciso.
Su pisada no es tan “de coche grande” como la del Rio, ni va tan filtrado como el i20, pero en conjunto el japonés sorprende por equipamiento, precio y diversión al volante.
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 3 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 998 cm3 |
POTENCIA | 100 CV a 4.500 rpm |
PAR MÁXIMO | 172 Nm entre 1.500 y 4.000 rpm |
V. MÁXIMA | 188 km/h |
ACELERACIÓN | 10,7 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 5 l/100 km |
MEDIDAS | 4.035 / 1.734 / 1.474 mm |
NEUMÁTICOS | 195 / 55 R 16 |
PESO EN VACÍO | 1.140 kg |
MALETERO | 326 l |
PRECIO | 18.715 € |
GAMA DESDE CUOTA RENTING | 16.515 € 395 € / Mes |
LANZAMIENTO | Julio de 2017 |
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 3 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 998 cm3 |
POTENCIA | 100 CV a 4.500 rpm |
PAR MÁXIMO | 172 Nm entre 1.500 y 4.000 rpm |
V. MÁXIMA | 188 km/h |
ACELERACIÓN | 10,7 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 4,3 l/ 100 km (mixto) |
MEDIDAS | 4.065/1.725 / 1.450 mm |
NEUMÁTICOS | 185/ 65 R 15 |
PESO EN VACÍO | 1.155 kg |
MALETERO | 325 l |
PRECIO | 18.050 € |
GAMA DESDE CUOTA RENTING | 15.600 € 366 €/mes |
LANZAMIENTO | Julio 2017 |
MOTOR TÉRMICO | Gasolina, 4 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 998 cm3 |
POTENCIA | 111 CV a 5.500 rpm |
PAR MÁXIMO | 170 Nm entre 2.000 y 3.500 rpm |
MOTOR ELÉCTRICO | Síncrono de imán permanente |
POTENCIA PAR MÁXIMO | 3 CV N.D. |
MOTOR HÍBRIDO | Sistema semi-híbrido eléctrico-gasolina |
POTENCIA COMBINADA PAR MÁXIMO COMBINADO VELOCIDAD MÁXIMA ACELERACIÓN CONSUMO (MIXTO) MEDIDAS NEUMÁTICOS | 111 CV 170 Nm 195 km/h 10,6 s (0 a 100 km/h) 4,3 l/100 km 3.840 / 1.735 / 1.495 mm 185 / 55 R 16 |
PESO EN VACÍO | 950 kg |
MALETERO | 265 l |
PRECIO GAMA DESDE CUOTA RENTING | 18.950 € 16.670 € 455 €/Mes |
LANZAMIENTO | Mayo 2017 |