Alpine A110 1100 vs. Alpine A110 Première Édition, la saga se reactiva

Así ha evolucionado el Alpine A110 a lo largo de los años, ahora que regresa al mercado.

En los últimos tiempos estamos viendo como las grandes empresas del automóvil están echando mano de sus modelos más míticos para lanzar nuevos coches que, en mayor o menor medida, tienen algo que ver con el modelo original. La última en adherirse a esta moda no es otra que Renault .

En el Salón de Ginebra de 2017, la empresa francesa presentó el nuevo Alpine A110. Las primeras unidades se han empezado a entregar recientemente y hemos tenido la oportunidad de disponer de una. Y, para rizar el rizo, se nos ha ocurrido ponerla junto a uno de los modelos originales para saber si más allá de sus prestaciones, que por supuesto y con más de cuatro décadas de por medio no pueden ser más que muy superiores, el coche conserva el espíritu de aquella mítica berlineta que tanta pasión despertó en su momento.

Alpine

Si algo tenía claro Jean Rédélé cuando se convirtió en el concesionario más joven de Renault, con tan solo 24 años, era que la competición era el mejor escaparate para vender sus productos. Por esa razón comenzó a preparar sus coches. Y a correr con ellos. La historia es más que conocida: unos inicios sencillos con un 4/4 bien preparado y magníficos resultados en el Rallye de Monte-Carlo, las 24 Horas de Le Mans, la Mille Miglia o la Copa de los Alpes fueron suficientes para dar comienzo a una nueva empresa que, además, tomaría su nombre de esta última competición.

El primer Alpine, el A106, no era más que un chasis de 4/4 modificado y recarrozado. Pero el siguiente modelo, el A108 en su segunda versión ya sí contaba con un chasis específicamente diseñado para él. Sobre él se montarían el resto de elementos mecánicos de origen Renault.

Fue sin embargo el A110, presentado en 1962, el coche que colocaría definitivamente a la joven empresa francesa en un escalón superior. Alpine dejaría de ser un constructor de pequeñas series y automóviles de competición para, de la mano de Renault, pasar a ser un verdadero fabricante de automóviles.

El éxito de la berlineta A110 fue tan importante que incluso se fabricó en otros países, de los que por supuesto y como todos sabemos, España fue el más importante. Eso hace sin duda que sea nuestro país, después de Francia, en el que mejores recuerdos se tiene del ligero bólido.

El Alpine A110

¿Y cómo era este coche? Pues sencillamente un automóvil diseñado para divertirse. Con un chasis formado por una única viga centra y el resto de elementos mecánicos, procedentes inicialmente del R8, montados sobre él. La carrocería, ligera y atractiva, era de fibra de vidrio.

Lo que Rédélé consiguió fue un automóvil ligero y ágil. Los poco más de 65 CV que ofrecía el motor de 956 cm3 permitían a cualquiera divertirse por una carretera de montaña como él lo había hecho durante sus participaciones en competición.

No solo eso. Sobre el diseño original la evolución del coche fue impresionante. Esto permitió primero aumentar la cilindrada hasta los 1.100 cm3 y 95 CV, llegando en la increíble escalada de potencia hasta los 175 CV de las versiones más potentes del 1800. Esto da una idea del extraordinario potencial de un diseño que, como no podía ser de otra manera, inmediatamente empezó a participar en competición con magníficos resultados.

Sin duda, el momento cumbre del modelo llegó con la victoria del Campeonato de Mundo de Rallies de 1973, pero lo más importante del Alpine A110 fue que cualquier aficionado, con un poco de preparación, que por otro lado no resultaba demasiado complicada gracias al origen de todos sus componentes mecánicos, podía obtener unos resultados razonables en competiciones locales. Y, por supuesto, divertirse mucho.

Mito

¿Y cómo es hoy en día un Alpine A110? Pues lo cierto es que es un automóvil que, tras ser denostado durante algún tiempo (todos tenemos en la cabeza la imagen de coches totalmente tuneados durante los últimos años 80), lleva ya muchos años siendo considerado como uno de los grandes mitos de la automoción mundial. Lo demuestra la incesante escalada de sus precios y la cada vez mayor cantidad de coches restaurados gracias a la importante cantidad de profesionales especializados en el modelo.

Además, ponerse a los mandos de un Alpine original como el 1100 es una experiencia extraordinaria. Empezando por la posición de conducción. Todo es particular en este coche. El pequeño tamaño del habitáculo obliga a ir muy tumbado, en una posición que, para los estándares actuales, resulta inimaginable, pero que sin embargo te hace creer que eres Jean-Claude Andruet subiendo el Turini. La disposición de los pedales, muy hacia la derecha, obliga a hacer un ligero escorzo que sin embargo no nos preocupa lo más mínimo cuando manejamos el coche.

El salpicadero es un verdadero compendio de belleza y funcionalidad. Los preciosos relojes están perfectamente centrados con el volante Nardi de madera. Y aunque el velocímetro y el cuentavueltas quedan ligeramente ocultos tras éste, en general la lectura es sencilla. La posición y el manejo de la palanca de cambios es muy cómoda. Ofrece unos recorridos muy cortos que, teniendo en cuenta la complicación y longitud de las articulaciones, resulta verdaderamente sorprendente.

Suma y sigue…

La dirección es uno de los puntos fuertes del coche. Resulta rápida, ligera y precisa. Es cierto que con los apenas 58 CV de esta primera serie no se pueden hacer grandes cosas. Pero gracias a sus escasos 700 kg de peso, la aceleración es buena y la velocidad punta de casi 170 km/h, más que suficiente para disfrutar de carreteras viradas en las que el coche se siente como pez en el agua. A esto ayudan unas buenas suspensiones que permiten un paso por curva muy rápido.

Llevar todo el peso colgado del eje trasero hace que su comportamiento sea claramente sobrevirador. Pero la verdad es que es muy fácil de controlar. Los frenos, en este caso con discos delanteros y tambores traseros, trabajan a la perfección y gracias al poco peso del conjunto, es difícil que lleguen a fatigarse.

Por supuesto y como no podía ser de otra manera en un coche de fibra de los años 60, hay ruidos aerodinámicos y algún crujido de la carrocería, pero nada con lo que no se cuente.

Para mí está clara la razón por la que el Alpine se ha convertido en un mito: prestaciones sobresalientes con mecánicas sencillas, una estética acertadísima y un palmarés deportivo difícil de igualar.

El Alpine A110

En este caso, nos referimos al nuevo, al recién llegado. Así, al primer golpe de vista, no tengo más remedio que reconocer, que los encargados del diseño exterior del coche han acertado de pleno; el coche acapara sin duda todos los pequeños detalles que caracterizaban al modelo original: los cuatro faros delanteros típicos del 1300, el nervio central del capó y el característico rebaje de las puertas que hacen una especie de falsa entrada de aire.

Además, su contenido tamaño, a priori y teniendo en cuenta la dimensiones de los coches de hoy en día, parece mantener aquel estilo de deportivo ligero y ágil con el que fue concebido su predecesor. Las proporciones generales y la cantidad de cristal del habitáculo mantienen el aspecto original. Por mi parte, si tengo que ponerle alguna pega, creo que el culo se les ha quedado un poco corto, pero claro, el modelo original llevaba el motor colgado por detrás del eje y este lo monta colocado por delante de él.

En cualquier caso, y antes incluso de probarlo, tengo que reconocer que me gusta. Aunque no es barato, con un precio de venta algo superior a los 60.000 euros, mi impresión es que se van a hinchar a venderlos. En los años 60, con lo que costaba un Alpine uno se podía comprar un magnífico SEAT 1500.

Espíritu clásico

Pero vamos a ver cómo va. De momento nada más abrir la puerta hay un par de detalles que me gustan: la tapicería de rombos, especialmente en las puertas y la zona pintada de las mismas que es igual a la del modelo primigenio. Eso sí, una vez te sientas en sus cómodos baquets y arrancas estás en un coche completamente moderno. Esto implica muchos botoncitos y un aspecto que, sinceramente y si no fuese por la gran “A” del centro del volante, podría ser el de cualquier otro coche de características similares.

Como quien firma estas letras es un especialista en coches clásicos, es posible que no sepa poner en valor todas las bondades del Alpine, empezando por su comportamiento, el buen rendimiento de su 4 cilindros de algo más de 250 CV de potencia, la rapidez del cambio y el buen funcionamiento de las ayudas electrónicas. También el sonido que nos llega a nuestra espalda.

Señales de los orígenes

¿Qué queda entonces del espíritu con el que Jean Rédélé diseñó sus primeros automóviles? Aquel deportivo sencillo basado en piezas de serie y que sin ser barato era asequible. Además, cualquiera, sin apenas preparación, podía inscribirse en un rallye o una subida en cuesta y hacer un puesto meritorio.

Pues salvo en lo referente a las piezas de serie, ya que este coche no tiene ni un solo tornillo que se haya diseñado específicamente para él (hasta el motor podemos encontrarlo en otros modelos de Renault), se ha mantenido incluso el tema de la competición. Alpine ha creado un par de versiones con las que, eso sí, no de manera barata, se puede participar en diversos campeonatos, incluida la categoría GT4, esperamos que de manera competitiva.

Conserva también la búsqueda de la ligereza, con una relación peso/potencia extraordinaria, el nervio en la conducción o la capacidad de cambiar de dirección en un suspiro.

Sin complejos

Y es que, en estos momentos en los que cuando se habla de automóviles, de lo que se discute es de si van a llevarnos ellos solos al trabajo o de si se van a poder usar o no en el centro de las ciudades, tengo la sensación de que las marcas saben que aún cuentan entre sus clientes con un determinado número de nostálgicos para los que conducir aún puede resultar algo divertido.

Texto: Ignacio Pueche // Fotos: Fernando Pueche y Paloma Soria

Ficha técnica Alpine A110 1100

TIPO DE MOTORGasolina, 4 cilindros en línea, carburador Weber de doble cuerpo
CILINDRADA1.108 cm3
POTENCIA58 CV a 3.000 rpm
PAR MÁXIMO8,5 mkg/3.000 rpm
V. MÁXIMA165 km/h
ACELERACIÓNn.d. (0 a 100 km/h)
CONSUMO8,5 l/100 km (mixto)
MEDIDAS3.850/1.498/1.145 mm
NEUMÁTICOS145 x 380
PESO EN VACÍO690 kg
MALETEROn.d.
PRECIO (Cotizaciones)80.000-100.000 €

Ficha técnica Alpinte A110 Premiere Edition

TIPO DE MOTORGasolina, 4 cilindros en línea, turboalimentado
CILINDRADA1.798 cm3
POTENCIA252 CV a 6.000  rpm
PAR MÁXIMO320 Nm entre 2.000 y 5.000 rpm
V. MÁXIMA250 km/h (autolimitada)
ACELERACIÓN4,5 s s (0 a 100 km/h)
CONSUMO6,1 l/100 km (mixto)
MEDIDAS4.180/1.798/1.252  mm
NEUMÁTICOS205/40 R18 (del), 235/40 R18 (tras)
PESO EN VACÍO1.103 kg
MALETERO96 + 100 litros
PRECIO61.500 €
GAMA DESDE61.500 €
CUOTA RENTINGn.d.
LANZAMIENTODiciembre de 2017
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