Para cargar un coche eléctrico o híbrido enchufable no hace falta tirar un cable por la ventana o los pasillos de tu edificio hasta llegar al garaje. Instalar un cargador de coches eléctricos es mucho más fácil de lo que parece en un principio.
Si estás interesado en comprar un coche eléctrico o híbrido enchufable, que tu decisión no dependa de la dificultad de instalar un punto de carga en casa porque no es tan complejo tanto si cuentas con un garaje particular o uno comunitario (en este caso conlleva algo de papeleo, pero que esto no te condicione).
La Ley de Propiedad Horizontal permite instalar un punto de carga de vehículos eléctricos de uso privado en un garaje comunitario. Tan solo hay que comunicarlo al presidente, o administrador, de la comunidad. No debería poner objeciones para su aprobación, ni él ni el resto de vecinos, pues los costes que esto conlleva, tanto los de instalación como el de electricidad, serán asumidos por el propietario de la plaza, nunca por la comunidad ni los vecinos.
Una vez solventado este procedimiento, toca elegir el punto de conexión que necesitamos. En primer lugar podemos encontrar una toma doméstica, o Schuko, de 16A y que cargará a una velocidad de 2,3 kW, aunque es más habitual, y recomendable, instalar un Wallbox o base mural que permite cargas rápidas monofásica y trifásica de entre 3,7 y 7,4 kW con lo que reduciremos los tiempos de espera.
Cosas a tener en cuenta: el primero puede cargar el coche hasta el 100% mientras que el segundo se suele quedar en un máximo de entre el 80 y el 90%, al tiempo que hay marcas que avisan de que sus baterías tienen limitado el número de cargas con este tipo de conexiones.
Esto se debe a la complejidad de la batería, no por la incapacidad del cargador. La misma compañía que nos presta el servicio de electricidad debería poder instalarnos este punto de carga aunque si lo queremos hacer por nuestra cuenta hay que saber que la base mural tiene un precio de entre 100 y 350 euros, mientras que en la instalación gastaremos entre 400 y 700 euros.
En un principio no haría falta aumentar la potencia contratada para el piso, aunque sí es recomendable subirla, sobre todo si vamos a emplear un cargador tipo Wallbox. Además, es una excelente opción contratar una tarifa con nuestra compañía eléctrica que nos permita disponer de una tarifa valle, unas horas con un coste del vatio inferior, y aprovechar ese horario para cargar el vehículo.
La mayoría de los cargadores murales tienen la capacidad de programar el inicio de la carga, lo mismo que las aplicaciones móviles que vinculan coche y Smartphone. En caso de no disponer ni de uno ni de otro, existen programadores de enchufe (analógicos y digitales), que permiten señalar el momento en el que iniciar la carga.
La última incógnita está en el gasto que va a realizar nuestro vehículo. Tomando como base un consumo medio de 15 kWh/100 km, si para cargarlo los enchufamos a la corriente eléctrica en un momento que tenga un coste de 0,10 €/kWh, y este ya se puede considerar un precio alto, las cuentas que resultan señalan que realizar esos 100 km nos ha costado 1,5 euros, cuando un motor térmico pocas veces baja de los 5 l/100 km, y el litro de gasolina o diésel es difícil encontrarlo por debajo de 1,20 €. Con un motor de combustión este mismo recorrido lo haríamos por 6 euros.
La última novedad es el nuevo impuesto que el Gobierno de Pedro Sánchez ha colado en los últimos Presupuestos Generales. Aunque, en realidad, son dos. El primero irá para los ayuntamientos y el segundo para el propio Gobierno simplemente por tener instalado un cargador de coches eléctricos.