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Precauciones a la hora de cambiar la batería del coche

Es una operación relativamente sencilla pero que entraña mucho peligro para las manos menos avezadas en estas labores. El cambio de la batería no reviste excesiva dificultad, aunque debe ir acompañado de numerosas precauciones. No en vano, estamos manejando la principal fuente de electricidad de nuestro vehículo. Y una descarga no resulta agradable; al mismo tiempo que el contacto con los ácidos que la componen podría ser muy dañino. Una vez  más, Loctite, mediante su blog Ruta 401, nos indica algunos consejos muy a tener en cuenta. Sufren mucho en invierno y la llegada del calor es el mejor momento para cambiarla. Esta operación solo es desaconsejable hacerla uno mismo en algunos coches modernos que cuentan con una unidad de control para la gestión de la batería. En estos casos, será un taller con equipamiento informático el que le indique a esta centralita que le ha cambiado la batería. En caso contrario, el coche podría no arrancar tras la sustitución.

Precauciones en el cambio de una batería

  • El primero de los consejos es el más obvio, que no siempre cumplimos. Hay que comprobar y asegurarnos de cuál la batería que necesitamos. No todas son iguales en tamaño ni tienen el mismo amperaje, tensión ni capacidad de carga. Es importante revisar los bornes que tienen y sin compatibles con los de nuestro coche. Después, hay que leer bien las instrucciones, algo que tampoco solemos hacer. Y, antes de entrar en materia, hay que ponerse guantes y gafas protectoras. No olvidemos lo dicho antes, en su interior alberga ácidos muy corrosivos que no deben contactar con nuestra piel.
  • El vehículo debe estar en posición horizontal y debemos llegar con facilidad al hueco donde se encuentra; por lo tanto no debemos elevarlo. El motivo es que debemos actuar en una posición cómoda y sin correr ningún peligro.
  • Mucha precaución con las zonas que están alrededor de la batería. La suciedad y los restos de ácido que deje podrían afectar a plásticos y gomas. Y, con ello, provocar un nuevo daño a la mecánica de nuestro vehículo.

Asegúrate que todo está ok

  • Hay que revisar el suelo sobre el que se sitúa nuestro coche. El vehículo debe estar sobre una superficie que se pueda limpiar después. Cuidado si está sobre tierra pues los derramamientos se podrían filtrar a las capas inferiores.
  • Llega el momento de operar. O no. Asegúrate de que el contacto está quitado. Y si lo acabas de quitar espera unos pocos minutos a que todos los controles del coche se estabilicen. Cuando haya pasado ese tiempo, revisa que los bornes están limpios. Si tienen restos de corrosión, hay que limpiarlos.
  • Ahora sí. Entramos en acción. Pero en un orden establecido. Al desconectar los bornes, primero habrá que aflojar el negativo y después el positivo. Al intentar sacar la batería, revisa que no tenga sujeciones pues tendrías que desmontarlas.

Comprueba si funciona todo

  • Y, si decíamos que había que tener mucha precaución al mover la batería antigua, lo mismo sucede con la nueva. Mucho cuidado al introducirla, no sea que la dañemos antes de que empiece a funcionar. Una vez esté instalada en su sitio, y se hayan montado las sujeciones si las hubiera; hay que conectar los bornes, que deben estar limpios (para ello conviene utilizar productos especializados en estas funciones). Y, al contrario que antes, ahora se conectará primero el polo positivo y después el negativo.
  • Una vez se hayan ajustado los bornes, hay que comprobar si funciona todo. Gira la llave del contacto hasta el segundo tope, el anterior que arranca el vehículo. Es conveniente dejarlo aquí unos segundos hasta que se apaguen los testigos del cuadro de instrumentos. Puedes aprovechar este intervalo para poner el reloj en hora así como otras personalizaciones que se puedan haber perdido. Después gira hasta el tercero y último tope y arranca. Es conveniente realizar unos primeros kilómetros para comprobar que todo funciona como corresponde.
  • El último paso que queda es deshacernos de la batería utilizada. Pero, cuidado, que esta no se puede tirar a cualquier contenedor. Los riesgos que entrañan los materiales que contiene tanto para la salud como para el medioambiente obliga a llevarla a un punto seguro; como puede ser un taller. Recuerda que existe el Real Decreto 106/2008 que indica cómo hay que tratarlas una vez han cumplido con su vida útil. Y las sanciones en caso de no cumplirla.
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