El director general de Tráfico, Gregorio Serrano, ha recalcado la necesidad de realizar un mayor control de los coches que circulan en el día a día. De este modo, se podrá detectar a aquellos que no han acudido a realizar la ITV obligatoria o que circulan con un coche que ha resultado desfavorable durante la inspección técnica.
La DGT ampliará el número de campañas en las que se utilizan unos lectores de matrículas, capaces de saber si hemos pasado la ITV o no.
Habrá un aviso inicial para los que sean cazados sin haber llevado a cabo esta inspección periódica. De hacer caso omiso, aquellos con la ITV caducada recibirán una sanción de 200 euros (de 500 euros para los que conduzcan un coche con un resultado desfavorable o negativo).
Además, la Dirección General de Tráfico quiere modificar el “Plan del Vehículo”. Uno de los aspectos a destacar es que cada vehículo tendrá una especie de “historial médico”, en el que quedarán registrados todos los accidentes y las visitas al taller a las que se haya sometido cada automóvil.
Tráfico está buscando acabar con un total de 50.000 accidentes al año. Para ello, instalará guías sonoras en alrededor de 3.000 kilómetros de las carreteras secundarias con más siniestros registrados.
Serrano también habló de la importancia de incluir de serie en los coches muchos de los sistemas de ayuda a la conducción que, por el momento, se ofrecen como opción.
Por ejemplo, la alerta de cambio de carril involuntario evitaría el 50 por ciento de las muertes que se producen en carretera.
En total, con los sistemas de asistencia a la conducción se habla de un 57 por ciento menos de accidentes.