Una encuesta de Cetelem señala que los españoles están a favor de los coches conectados y autónomos, pues son sinónimo de progreso y confort, y permiten reducir el tiempo de los desplazamientos.
El futuro de la automoción pasa por los coches conectados y también por los autónomos. Los primeros integran navegadores y tecnologías para estar interrelacionados con el exterior, mientras que los segundos son capaces de conducirse por sí mismos, sin intervención del conductor. Cetelem ha realizado un estudio al respecto de este tema, del cual se desprende que los españoles están a favor de este tipo de vehículos, pues suponen un progreso, garantizan un aumento del confort y permiten reducir el tiempo de los desplazamientos. Eso sí, también hay puntos negativos en ellos. El más común, que son modelos caros. También consideramos que, con estos coches, se pierde la sensación de ser el amo del vehículo e, incluso, tenemos miedo por nuestra seguridad.
En cuanto a los servicios que debe tener un coche conectado, priorizamos disponer de un sistema de inmovilización en caso de robo. También valoramos que los costes relacionados con el vehículo sean menores y que optimice los tiempos de los trayectos.
Divertirse, hablar con los pasajeros y descansar
Pasando al automóvil autónomo, el 54% de los españoles lo conoce y afirma que será una realidad. Es más, el 80% estima que estará interesado en utilizarlo. Preguntados por qué harían dentro del coche, los encuestados aseguraron que se divertirían, hablarían con los pasajeros y descansarían. Sobre la llegada de esta tecnología sin conductor, un 34% cree que, de tres a cinco años, será una realidad.
Hace unos meses, PSA Peugeot Citroën completó con éxito un viaje autónomo, entre Vigo y Madrid, con un Grand C4 Picasso. El coche contaba con diversos componentes específicos, para lograr su cometido. Entre ellos, un navegador, radares delanteros y traseros de 77 GHz, láseres escáner, cámaras digitales y una centralita de guiado electrónica. El objetivo de la multinacional francesa es introducir sistemas de conducción autónoma en sus coches de producción a partir del año 2018.